Sonja Lyubomirsky es una de las figuras más visibles y máximas autoridades de la psicología positiva a nivel mundial, en la actualidad. Lleva 27 años estudiando de cerca a la felicidad. Por tanto, sus conclusiones -expuestas en sus bestsellers ‘La Ciencia de la Felicidad’ y ‘Los Mitos de la Felicidad’- no son “intuiciones de un libro de autoayuda” sino que están soportadas por análisis empíricos rigurosos de verdad.

Lyubomirsky es rusa. Doctora en Psicología Social, docente en las universidades de California y Stanford, y Premio Templeton de Psicología Positiva. Como es de esperarse, también investigadora, y una de las mejores. Una de las pocas que optó por dedicar su vida a este tipo de análisis, relacionados a los estados de ánimo y lo sentimental.

¿Qué hace feliz a la gente? y, ¿cómo lograr que esta sea más feliz todavía? son, por ejemplo, las preguntas que ha buscado contestar. Y ¿lo ha logrado? Por supuesto. Ella ha comprobado que el hecho de ser gratos, tanto como bondadosos y positivos, es lo que realmente nos da felicidad, de forma duradera y sostenible. No temporal.

Asimismo ha demolido mitos y suposiciones falsas en torno al tema. La felicidad no depende del entorno, precisa, sino de uno. “El 50 % depende de la genética, el 40 % de nosotros y las decisiones que tomemos y el 10 %, solo el 10 % de los agentes externos (riqueza, pareja, salud, etc.) y las circunstancias...”, agrega.

Por lo tanto, concluye, ni el trabajo, ni la pareja, ni el dinero, marcan la diferencia o influyen tanto como pensamos. “Esos agentes, que todos en algún momento buscamos, nos alegran tan solo por momentos. Cultivar el optimismo, aprender a perdonar, practicar la religión y la espiritualidad, por el contrario, sí nos llenan de dicha e incrementan nuestro nivel de alegría”.

Hoy, sus investigaciones se han escrito en cientos de revistas y periódicos y han aparecido en varios programas de televisión, programas de radio y documentales en América del Norte, América del Sur, Asia, Australia y Europa. Lyubomirsky, apellido que en ruso quiere decir “amor y paz”, de igual manera, ha dado conferencias a una variedad de audiencias en todo el mundo, incluyendo a ejecutivos de negocios, educadores, médicos, empresarios, militares, profesionales de la salud mental, jubilados, académicos...

Junto a su equipo ha trabajado también en otras “intervenciones”, relativas a las expectativas, al tiempo, al apoyo social, a los hábitos, a las estrategias o al tratamiento de la depresión. Enfermedad que, según la OMS, afectará al 30 % de la población total en el 2020.