Sesión. En la última reunión en Los Ceibos, los habitantes solicitaron que la Policía incremente el número de sus agentes.

Dos comunidades se movilizan para enfrentar la inseguridad

Los Ceibos y Mucho Lote 2 plantean soluciones a la Policía para combatir a la delincuencia. Consumo de drogas y robo a vehículos, los males más comunes.

Dieciocho kilómetros dividen a un barrio del otro. El uno, Los Ceibos, un vecindario completamente residencial, está ubicado al noroeste de Guayaquil; y el otro, Mucho Lote 2, en plena autopista Narcisa de Jesús, un área en crecimiento, al noreste de la ciudad. Y aún así ambos comparten las mismas preocupaciones respecto a la seguridad.

Están cansados de los robos, de la presencia de delincuentes y adictos; de la oscuridad de ciertas calles (lo que incrementa también la inseguridad); y de la aún tardía respuesta por parte de la Policía, lamentan.

Ante tal situación, como lo han hecho ya algunas etapas de Sauces y la Alborada, los vecinos buscan ayuda entre la comunidad, a través de reuniones de seguridad -como las recién desarrolladas- para exigir precisamente cambios. Y urgentes.

En Los Ceibos, por ejemplo, los residentes Silvia Palacios y José Zambrano cuestionan la falta de rondas policiales y, asimismo, la presencia de agentes en los exteriores de los colegios de la zona y de una que otra peatonal históricamente considerada como conflictiva; como lo es, según denuncian, el callejón de la avenida segunda, que une a la ciudadela con el sector de Mapasingue, donde hay personas que utilizan la vía como urinario.

“Todo apesta, uno no puede cruzar porque te sientes vulnerable y hasta hemos visto intercambiar paquetitos yo no sé de qué y que no quiero ni averiguar porque me da miedo involucrarme. Ahora se ve merodeando a gente extraña que no es del sector”, afirma otra residente, quien pide a EXPRESO no se publique su nombre; mientras Zambrano, quien tiene varias quejas respecto a este último detalle, lo confirma.

La semana pasada, dijo en la última reunión (a la que fue invitada también la Policía), un hombre se trepó las paredes de un condominio y sacó un carro del garaje, como si nada. “Pese a que se llamó, la ayuda no llegó hasta dentro dos horas”. Es inaudito, manifestaron, las también residentes Olga Aragundi y Valeria Sánchez, quienes como el resto hicieron énfasis en la necesidad de incrementar las cámaras de seguridad. “El Estado no está proporcionando la atención que necesitamos”, se queja Sánchez.

Al noreste, en Mucho Lote 2, las quejas compartidas con Los Ceibos son el consumo de sustancias ilícitas, el robo a vehículos y la reacción tardía de la Policía. Aunque a Mucho Lote le aquejan además otras: el robo a viviendas, el arranche de pertenencias a peatones, el asalto a comercios y la falsificación de billetes.

“Solo en la última semana se robaron dos carros. También entraron a robar a una casa vestidos de policías. Además, la seguridad de nuestros chicos está en peligro porque, a menudo, son maltratados para quitarles sus celulares. Entonces, esa ola delictiva es lo que nos alertó para organizarnos para buscar soluciones”, relata Cristina Vaca, secretaria de Líderes de Mucho Lote 2.

Vaca agrega que el problema se agrava porque los afectados no denuncian los hechos. “No se registra el peligro al que estamos expuestos. Por eso, en la primera reunión (de seguridad) insistimos a los vecinos para que pongan denuncias y así se refleje nuestro problema”, indica.

Pedro Varela, jefe del circuito Las Orquídeas al que pertenece Mucho Lote 2, confirma los hechos delictivos en el sector. El más polémico sucedió a finales de marzo pasado, cuando cinco hombres vestidos de agentes de la Policía entraron a una casa de la urbanización, amenazaron al propietario, lo acusaron de delito de lavado de activos, y se llevaron computadoras portátiles, joyas, dinero y consolas de videojuego.

Al temor por la delincuencia se une la crítica a la Polícía. “No queremos que nuestro hogar se vuelva un sector de peligro. No existe respuesta inmediata, los policías no están familiarizados con el sector, se distraen con el teléfono y no se dan cuenta de lo que sucede alrededor. Por eso exigimos primero el profesionalismo de la Policía, la erradicación del consumo y la construcción de una UPC (Unidad de Policía Comunitaria)”, insiste Patricio Lara, coordinador de una urbanización de Mucho Lote 2.

Por lo expuesto, para dar solución a estos problemas, la Policía y los comités de vecinos -desde sus trincheras- pretenden organizarse.

El subteniente Sebastián Estrella, jefe del circuito del Distrito Ceibos, apunta a crear no solo una hoja de ruta para, basado en cifras, confirmar cuáles son los sitios más vulnerables del vecindario, sino a incrementar las rondas nocturnas y el personal con el que cuentan pasadas las 23:00 (un solo patrullero). Y el presidente del comité, Adolfo Klaere, en cambio, a crear un comité comunitario barrial, que trabaje con los agentes, el ECU 911, la Cruz Roja, ATM, el Cuerpo de Bomberos.

De igual manera, en Mucho Lote, el jefe de Policía Varela se comprometió a visitar los locales comerciales de forma permanente e instó a la ciudadanía a denunciar las malas prácticas policiales, a través del chat comunitario. Asimismo, adelantó que se realizarán charlas comunitarias con las familias sobre el problema de consumo de drogas. “Nuestras investigaciones han demostrado que el consumo es de chicos de la misma urbanización, por eso hay que trabajar con las familias”.

Y los líderes plantearon la necesidad de tener su propia UPC. “Queremos pedir un terreno al Municipio y buscar financiamiento para construir una UPC. A la nueva alcaldesa le vamos a presentar nuestro plan, para que (el Municipio) se adapte a nuestras necesidades”, dice Antonio Barco, coordinador de Líderes de Mucho Lote 2.

Los Ceibos

Los chamberos generan malestar

Otro de los puntos que afecta a los vecinos de Los Ceibos y no (tanto) a los de Mucho Lote 2, está relacionado con la presencia de los chamberos. En el lugar, según denuncian y pese a que existe un grupo registrado por el Comité para desarrollar la actividad, llegan decenas de ellos para escarbar entre los desechos y dejarlos regados en las vías. Entre las quejas se incluye el hecho de que además consumen sustancias, generando temor entre los residentes.

“A veces resulta imposible salir porque no sabes si están drogados y te van a robar, al intentar conseguir algo de dinero”, coinciden, al solicitar más atención e incluso control por parte de la Policía, aunque esta deja claro que no puede intervenir en ese campo.

Mucho Lote 2

Moradores contra lo informal

Hace un mes, moradores y líderes de Mucho Lote 2 se instalaron en la entrada de la urbanización para reclamar sobre los problemas que, aseguraban, el comercio informal estaba acarreando al sector, entre ellos la inseguridad.

“Lamentablemente las personas que vienen a hacer ese mercadillo no son gente de aquí. Ni los que venden ni los que compran. Entonces eso provoca que cualquiera pueda entrar, entre esos entran los delincuentes. Incluso han venido personas de afuera que han dejado billetes falsos. Si quiera son de 10 a 15 personas las que se instalan por aquí a vender de forma informal”, relata Antonio Barco, coordinador de la organización Líderes de Mucho Lote 2.