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Que dolencias afectan a Brasil

¿Qué dolencias afectan a Brasil?

Tras décadas de rápido crecimiento económico y aumento de ingresos per cápita, Brasil atraviesa momentos difíciles. Según el FMI, su PIB está destinado a contraerse en más de un 7 % . Cuatro factores explican este cambio: para empezar, existe la tendencia estructural hacia el aumento del gasto primario gubernamental como proporción del PIB, el cual alcanzó el 36 % en 2014, frente al 22 % en 1991. Para apoyar este aumento, el Gobierno incrementó los impuestos al consumo y promovió un avance hacia la formalización del mercado laboral. No obstante, la inversión pública, particularmente en infraestructura, recibió un golpe. En los hechos, con excepción del periodo 2005-2008, la inversión total como porcentaje del PIB se ha mantenido por debajo del 20 % desde 1991. El segundo factor es el superciclo de precio-materias primas. El repunte que se inició en 2004 trajo muchos beneficios para Brasil: superávits externos, acumulación de reservas de divisas, efectos de la riqueza positivos y mayor inversión en los sectores relacionados con los recursos naturales. Con la apreciación del tipo de cambio y el aumento de los pisos salariales mínimos, se puede decir que Brasil disfrutó de un ciclo virtuoso interno, con bucles de retroalimentación positiva entre la demanda de servicios y el empleo formal. El problema es que permitió que los precios de las materias primas simplemente reforzaran el modelo de crecimiento subyacente, en lugar de preparar su economía para la inevitable caída. Cuando los precios de los metales a nivel mundial empezaron a caer en 2011, seguidos por los de alimentos en 2014, la economía de Brasil perdió sus motores de crecimiento. El Gobierno sí hizo ajustes en su patrón de crecimiento después de los shocks financieros del período 2008-2009, pero tomó un atajo, apoyándose en políticas fiscales y monetarias anticíclicas para impulsar el crecimiento. Este es el tercer factor clave que contribuye a las tribulaciones de Brasil. Mientras que la primera y justificada ronda de políticas expansivas causó el aumento del PIB en más de 7 % en 2010, el crecimiento volvió rápidamente a los niveles más bajos. El Gobierno entonces tuvo que implementar otra ronda de políticas de estímulo durante el período 2012-2014, que incluía un paquete considerable de exenciones de impuestos, requisitos de contenido nacional y la expansión del crédito a través de transferencias de deuda pública a los bancos estatales. En un intento por frenar la inflación sin subir los tipos de interés, también mantuvo sin aumentar los precios regulados. Dados los factores estructurales, sin embargo, el principal resultado de esta segunda ronda fue el deterioro fiscal. El cuarto factor surgió inesperadamente el año pasado, cuando un escándalo de corrupción multimillonaria envolvió a la petrolera estatal Petrobras, lo que provocó una investigación de profundo alcance de los políticos de alto nivel y un colapso de la inversión privada. Grandes grupos privados nacionales afectados por el escándalo han enfrentado sequía financiera, desorden operacional y un cese repentino de la demanda, mientras los inversores externos, impulsados por una combinación de confianza puesta en entredicho y oportunismo, adoptaron un enfoque de “esperar y ver”. La consiguiente crisis política ha reforzado la parálisis de la inversión – y también ha perjudicado la aprobación de las medidas de ajuste fiscal.

Project Syndicate