De doctorados y doctorados
La Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) del año 2010 puso, entre sus múltiples exigencias, la obligación para las universidades de contar con alto número de doctores o de PhD, la exigencia de que los rectores y vicerrectores académicos tengan dicho grado, a la vez que sea requisito para el ascenso a la titularización de los docentes a profesores principales.
Se impuso la exigencia pero no los modos de resolverla realísticamente. El resultado: doctorados de todo tipo, obtenidos en instituciones de diferentes categorías, con exigencias variadas, algunos de ellos obtenidos de forma masiva para poder “tener el cartón”. Exactamente, lo mismo que pasó una década anterior con las maestrías. Es el problema de la esquizofrenia cultural que arrastramos desde la Colonia: la letra sobre la realidad. La exigencia lo más alto que la retórica permita; la astucia criolla mostrará cómo evadirla.
¿Por qué no se siguió en esa época el proceso que otros países asumieron en décadas anteriores, cuando comprobaron la misma falta de doctores en sus universidades? Una salida racional y por ello realista hubiese sido impulsar convenios de las universidades ecuatorianas con sus pares regionales o de otros continentes para hacer doctorados en conjunto, al principio con más participación de las universidades extranjeras. La cuantiosa inversión del Estado en esos años debió ser encaminada a fortalecer los programas de doctorado en el Ecuador y no a enviar tanto becario afuera sin que hasta ahora se tenga información de qué paso con aquellos.
Otro tema es el de la obligación de contar con el doctorado o PhD para ser rector o vicerrector académico. Alegar que eso es norma en otros países desarrollados no satisface porque ellos cuentan con un número alto de doctores, situación que el país todavía no tiene. Y de nuevo: un rector es un gestor académico, un líder con visión estratégica, un inspirador de políticas y un mediador de visiones opuestas para conseguir un objetivo común.
¿Podrá el sano realismo imponerse contra la retórica que termina trivializando todo?