Doble favor

Fiesta, por un lado. Luto, en el otro. Así amaneció Argentina tras los resultados electorales. El consagrado, el ganador, sin duda: Mauricio Macri. ¿Y el difunto? Algunos pensarán que Cristina Fernández. No necesariamente. Hubo un muerto político, en definitiva. Pero fue el peronismo. Suena complicado, ¿no es Cristina Fernández peronista? ¿No se identifica ella como la heredera de Evita y Perón? Pues sí y sí. Justamente por estas respuestas es que el panorama se complica. Analicemos paso a paso los resultados. Hace dos años Macri había ganado por una diferencia mínima. Tenía que constantemente pedir el apoyo a sus compatriotas. Esta vez Cambiemos ganó el 40 % de los votos a nivel nacional. Nada despreciable en comparación al partido que le sigue: Unión Ciudadana. La plataforma creada por y para Cristina que obtuvo el voto del 25 % de los argentinos. Estos números demuestran que los argentinos decidieron dar una oportunidad al proyecto de Macri. Y que Cristina sigue viva; con fidelidades que no van a traicionarla (voto duro). Algunos verán esto como una verdadera desgracia. Sin embargo, para quienes esperan que Macri se mantenga y fortalezca, la presencia de Cristina fue de hecho una buena noticia. Cuando la expresidenta decidió lanzarse como senadora, inmediatamente se convirtió en la principal figura de la oposición (ya que no había otra), permitiendo al oficialismo proyectar las elecciones como una decisión entre la corrupción y el pasado, y la esperanza del futuro. No solo eso, Cristina para estas elecciones decidió lanzarse por su cuenta, terminando relaciones con el partido que le dio la presidencia: el Partido Justicialista. El continuador de Perón. Un golpe mortal. Unidad Ciudadana se llevó consigo los votos con los que contaba el PJ. Y así, el peronismo fue reemplazado por el kirchnerismo. Y lo que queda de este se encuentra dividido: ¿apoyar a Cristina (aunque sea sinónimo de corrupción)? ¿O pactar con el nuevo gobierno? Terminó haciendo un doble favor: logró borrar un partido histórico que pudo haber servido de oposición, y consolidó el proyecto de Macri; después de todo, la otra opción era ella.