Imagen referencial. $ 8.000 millones es la cantidad en depósito que está manejando este sector, a nivel nacional.

La diversidad y costos retan a las cooperativas

Descentralizar los nichos de oferta y controlar los altos costos son desafíos del sistema. Se propone una mayor supervisión.

El sistema cooperativo de ahorro y crédito es un mecanismo de inclusión financiera y de dinamización económica que en Ecuador aún es poco explotado. No obstante, para llegar a ello hace falta trabajar en acciones (privadas y estatales) que eliminen ciertas barreras que frenan su real crecimiento.

Uno de sus principales problemas no solo está dado por las leves estructuras sobre las cuales se levantan ciertas cooperativas, sino por la alta concentración de sus servicios en zonas particulares. Esto, dice Augusto De La Torre, un execonomista para Latinoamérica del Banco Mundial y hoy catedrático adjunto de la Universidad de Columbia, es lo que dificulta a muchas cooperativas diversificar sus riesgos financieros.

Lo dijo la noche del pasado jueves. De La Torre fue uno de los invitados a la presentación del libro ‘Supervisión basada en riesgos para las cooperativas de ahorro y crédito’, una obra que fue editada y publicada bajo el patrocinio de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo y la Asociación de Cooperativas Las Américas, que tiene como miembros a instituciones financieras de 92 países.

Este documento busca ser una guía para ejercer un mejor control de estas instituciones a nivel regional. Rosa Matilde Guerrero, autora del libro, mencionó que para contribuir a la estabilidad y crecimiento de este sector es necesario tener en el país un buen ambiente económico, pero también un marco regulatorio que ayude a controlar todo tipo de riesgos.

“Es necesario que se implemente un buen gobierno corporativo dentro de estas instituciones, que la dirigencia de las cooperativas esté conformada por gente técnica, que sepa ejercer un buen control de riesgos y, por último, que se fomente una mejor educación financiera”, manifestó.

Son políticas, se dijo, que en su mayoría se pueden impulsar desde el Estado, pero que también pueden empezar a ser promovidas dentro del propio sector. De La Torre explicó cómo han venido trabajando las cooperativas en México, justamente para paliar ciertas deficiencias. Allá este sector ha empezado a reflorecer, indicó, porque las cooperativas han empezado a armar sus propias federaciones. Al federarse no solo que manejan los riesgos de forma colectiva, sino que ayudan a bajar sus altos costos, otro desafío que tienen las cooperativas para ser más competitivas.

“Entonces, esa unión les permite compartir y amortizar ciertos costos en los que todas deben incurrir, como el servicio de contabilidad o la compra de plataformas informáticas”, detalló.

En el país existen 750 cooperativas que manejan cerca de $ 8.000 millones en depósitos, la cuarta parte de lo que se mueve en el sistema financiero. El potencial de crecimiento de este sector en la oferta de crédito es enorme si se toma en cuenta la demanda en el mercado que aún no es atendida. Eva García, ministra de Industrias y Productividad, quien también fue invitada al evento, destacó que en Ecuador existen un millón de mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) que en el 2016 alcanzaron ventas superiores a los $ 43.000 millones, pero que en su gran mayoría tienen problemas de productividad. Una de las causas es la falta de acceso a financiamiento para poder desarrollarse.