Dirigencias esteriles

Todo género de reflexiones se hacen visibles en razón de los lamentables sucesos de los días precedentes. Los señalamientos que intentan explicar lo ocurrido ensayando culpas, se suman a los que involucran propósitos. Cabe esperar que las autoridades a las que les corresponde hacerlo cumplan con su deber y permitan superar las dudas, estableciendo con la respectiva investigación la verdad de lo sucedido. Mientras tanto, queda claro que una de las múltiples debilidades ostensibles es la mala calidad de la denominada clase dirigente, trátese de agrupaciones gremiales, sindicales o políticas. Con excepciones que confirman la regla, un elemento que brilla por su ausencia es la alternabilidad. La dirigencia sindical visible en las últimas movilizaciones, por ejemplo, y que ahora amenaza irresponsablemente la estabilidad democrática con el anuncio de una nueva paralización, es de larga data en esa actividad. Sin embargo, las realizaciones en favor de sus representados son tan exiguas -lo cual ocurre también con las dirigencias étnicas- que por ello las reivindicaciones que plantean vienen siendo repetidas larga y cansinamente. En algunos casos pareciera que el ánimo de así mantenerlas deriva de la necesidad de no agotar las “banderas de lucha”. Cabe, en las nuevas circunstancias, empezar una profunda renovación.