Prensa. Rousseff, ayer ante periodistas extranjeros.

Dilma alerta de un futuro turbulento

Dilma Rousseff denunció que la oposición intenta desestabilizarla desde su reelección en 2014 y calificó de “gravísima aventura golpista” al gobierno que prepara su vicepresidente, Michel Temer, en caso de que sea destituida por el Senado.

Ayer fue leída en el Senado la acusación para su juicio político, punto de partida de las deliberaciones que podrían terminar con su presidencia.

“Mi segundo mandato, del que van 15 meses, tiene el signo de la desestabilización política (...) Es gravísima la aventura golpista, porque llevó a una situación de rabia, de odio, de persecución”, señaló ante corresponsales extranjeros.

Reiteró que es víctima de un complot y que los cargos de que manipuló las cuentas públicas son “un fraude político”. “Esto no es un proceso de impeachment, sino un intento de elección indirecta por un grupo que de otro modo no tendría las condiciones de hacerse elegir (...). Esto no traerá estabilidad política al país. ¿Por qué? Porque rompe la base de la democracia”, dijo.

Señalado por Rousseff como uno de los capitanes de la “conspiración”, Temer dijo ayer que esperaba “silenciosa y respetuosamente” la decisión del Senado que podría soltar en su mano la jefatura de Estado de una de las mayores economías del planeta.