
El dialogo atraviesa tormentas
A seis meses del inicio de los diálogos impulsados por el presidente Lenín Moreno, no todos los convocados están satisfechos. Algunos ya le ponen fecha de caducidad a la tregua: 4 de febrero, tras la consulta popular.
Aparecen las primeras fisuras. A seis meses del inicio de los diálogos impulsados por el presidente Lenín Moreno, no todos los convocados están satisfechos. Algunos ya le ponen fecha de caducidad a la tregua: 4 de febrero, tras la consulta popular.
Pero no todos están dispuestos a esperar. La primera alerta de inconformidad la dio, la semana pasada, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) que marchó desde Pastaza a Quito, durante 15 días, para exigir que el diálogo tenga resultados.
La acción dejó frutos y dio un respiro al proceso con los indígenas que seguirán dialogando, pero “vigilantes”. Moreno suspendió los procesos de concesión minera mientras no se cumplan requisitos como la consulta previa a las comunidades. En 60 días les devolverá la administración de la educación intercultural bilingüe.
A otros, como a los empresarios, se les terminó la paciencia y ven remota la posibilidad de volver a las mesas de diálogo. ¿El motivo? La Ley de Reactivación Económica propuesta por el Ejecutivo, modificada por la Asamblea y vetada por el presidente Moreno no cubre las expectativas que tenía este sector.
Roberto Aspiazu, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, dijo que hay decepción en el sector empresarial por lo que está pasando. “La falta de cumplimiento a las propuestas que se hicieron en el Consejo Consultivo Productivo y Tributario ha hecho que, en este momento, este espacio de diálogo quede inoperante”, le aseguró a EXPRESO. ue, según ellos, no hubo en la última década: paz para el país.
El Gobierno, sin embargo, asegura que el 80 % de las propuestas empresariales fue recogido. El secretario de Planificación y actual secretario de la Presidencia, Andrés Mideros, le dijo a este Diario que acoger el 100 % de la propuesta empresarial era poner en riesgo el plan social del Gobierno.
Lo reiteró Moreno ayer indicando que había que “ser consecuente” con el proyecto que ganó las elecciones.
El lunes pasado, a la marcha de la Conaie que llegó a Quito para reunirse con el presidente, se unieron otras organizaciones sociales como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) que suma demandas de acciones inconclusas hasta ahora.
Ellos, sin embargo, esperarán hasta luego de la consulta popular para empezar a definir medidas. Creen que la tregua debe extenderse hasta después del proceso electoral que, de ganar el sí, le daría al presidente Moreno una oportunidad para desmontar, según los trabajadores, los remanentes de la estructura heredada del anterior Gobierno.
“Hago un reclamo a @Lenin, él habló conmigo sobre el tema de seguridad ciudadana, preparamos un plan, lo entregamos y no se ha dado seguimiento”, escribió en Twitter, la semana pasada, el excandidato a la presidencia Paco Moncayo.
Pero desde el Gobierno son más optimistas. Tienen la tesis de que en estos primeros seis meses de conversaciones se ha logrado algo q