Deuda publica: lecciones para aprender
El anuncio de la segunda colocación de bonos por $1.000 millones de la serie 2022 con cupón de 10,75 % nos pone sobre aviso respecto del progresivo descalabro de la economía. Considerando que el rendimiento de los papeles es de 104 % (esto es su precio de mercado supera en cuatro puntos porcentuales su valor facial) el cupón aceptado, que debió ser ajustado hacia abajo, se justifica solamente por la iliquidez crítica de la caja fiscal, y supera con creces el índice de riesgo-país (EMBI) que a esta fecha es de 848.
Es una operación en la que un solo comprador (Citibank) ha logrado extraer las mayores ventajas en la negociación de una operación que se coloca entre las más caras en el planeta. Cuando miramos hacia atrás sentimos la nostalgia de que a inicios del actual gobierno el EMBI se encontraba en su mínimo histórico de 185 (luego de haber descendido de 7.222 en 2002). Por aquel entonces el gobierno decidió embarcarse en aventuras que a la postre le resultaron onerosas como la cesación unilateral de pagos en 2008, y la contratación de avances petroleros a niveles superiores al 7 % con China. Son miles de millones de dólares en costos financieros exagerados y oportunidades perdidas que el escogimiento de tales opciones les han costado y costarán a los ecuatorianos; y es una lección que se debe aprender una vez más. La otra lección es que los montos de endeudamiento, al igual que los costos de los mismos importan. Ya para este año, el pago de capitales e intereses en la deuda pública supera con creces el gasto social en salud y educación. Con el congestionamiento creciente de deuda a ser servida en los próximos cinco años, el país volverá por el sendero de la estrechez y el próximo gobierno deberá maniobrar por las turbulentas corrientes de la estabilización económica, del inevitable ajuste fiscal, y de una economía internacional débil e impredecible.
El argumento del 40 % o 50 % de deuda versus PIB es de principiantes. Toda política de crédito público debe guiarse por las exigencias demandadas de cualquier operación de crédito, incluyendo el uso idóneo de los recursos, la capacidad de pago, y los costos del endeudamiento. En cada una de estas categorías hay preguntas válidas que hemos hecho a lo largo de los años: sin respuesta que convenza hasta el momento.