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Despues de la conmemoracion

Recordar la gesta octubrina ha cobrado una nueva dimensión. Entendiendo la Revolución de Guayaquil como parte sustantiva de un largo proceso que permitió alcanzar la independencia del futuro Ecuador y contribuyó a la de América, el esfuerzo de los patriotas se ha revalorizado. No fue además tan incruento como se había venido sosteniendo. Siguiendo el apotegma de Jefferson, la semilla de la libertad se regó ese día con sangre de patriotas y tiranos.

También se siente de otra manera el recién celebrado aniversario por haber estado enmarcado, luego de largos años de distanciamientos, por una gran manifestación de unidad republicana. Agrada presenciar los festejos, presididos por los primeros mandatarios del país y de la ciudad, juntos y en armonía. Y agrada más conocer del esfuerzo conjunto para la realización de actividades vitales para garantizar el futuro. Así, la certeza de que Posorja será el nuevo puerto de la región es una hermosa muestra de lo que es posible lograr compartiendo esfuerzos entre lo nacional y lo seccional, entre lo público y lo privado, entre el capital nacional y el extranjero.

Por ello fue grato escuchar la reiteración, en la voz del presidente de la República, de la contratación del puente sur sobre el Guayas, que permitirá comunicar el austro del país con Guayaquil, descongestionando las rutas habituales y mejorando la condición ambiental de la urbe.

En efecto, siendo mucho lo pendiente y estando especialmente hoy día en gran expectación respecto a las medidas económicas que se anuncian, es bueno poder llenarse de sano optimismo aunque solo fuese por la certeza de los beneficios que la acción sinérgica genera.

Y también por la promesa gubernamental de que las tan esperadas acciones correctoras de la situación fiscal no se harán exigiendo mayores sacrificios a los sectores más débiles de la economía sino tratando de repartir las cargas entre todos los estamentos sociales.

Por lo demás, al decir de su alcalde, la crisis por la que atraviesa la República no afecta de igual manera a Guayaquil. Por un buen manejo de sus finanzas, orientando los recursos más a la realización de las obras en los diferentes campos de la acción municipal que al incremento burocrático, la urbe goza de una economía sana, que le ha permitido mantener su ritmo de progreso.