Plenario. El presidente Lenín Moreno con José Serrano, Carlos Bergmann y VIviana Bonilla, el pasado jueves.

El desafio de Lenin Moreno

Acudir a la voluntad del pueblo. Esa es la salida que el presidente Lenín Moreno abrió anoche al país, como una opción en caso de que “alguien quisiera obstruir la verdad o poner en riesgo la institucionalidad del país”.

El gobierno de Lenín Moreno tiene un gran desafío ante sus ojos: lograr mantener una bancada en la Asamblea que apoye y apruebe las leyes para cumplir su plan de Gobierno.

La dificultad está en mantener la cohesión del bloque oficialista en momentos en que afronta una crisis interna por el pedido de vinculación del vicepresidente Jorge Glas en el proceso judicial de asociación ilícita, en la trama de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht.

También deberá mantener al Gobierno y ministros cohesionados para no hacer más cambios que demoren cristalizar los ofrecimientos que hizo en la campaña electoral.

El camino del primer mandatario no es fácil, si quiere tener gobernabilidad.

El constitucionalista Jorge Zavala explicó que no cree que la Asamblea pueda oponerse a la gobernabilidad. Si eso ocurre “el presidente puede usar los mecanismos como la consulta popular o referéndum”, dice.

La primera dificultad de Moreno está en casa: ¿qué hacer con su bloque legislativo?

Los aliancistas se mantienen, supuestamente, unidos, pero evidencian contradicciones. El fraccionamiento está entre los correístas duros y los seguidores del presidente, que no son una mayoría.

Ante esa situación, la hipótesis es que Moreno salga de PAIS con sus partidarios y se sume a la oposición para conseguir una mayoría móvil.

“Moreno puede gobernar con sus seguidores y podrían sumarse a la oposición contra Correa”, agrega Zavala.

Sin embargo, el consultor político Oswaldo Moreno, dice que todavía no está claro el “brazo” político del presidente.

“Hasta el momento PAIS ha votado unido. ¿Moreno quiere hacer otro movimiento político, captar a legisladores o convocar una consulta?”, se pregunta.

El segundo obstáculo del presidente también está en las propias filas de PAIS: el expresidente Rafael Correa, quien desde Bélgica da lineamientos e instrucciones. El predecesor de Moreno se ha convertido en la cabeza de la oposición.

Los cercanos a Correa creen que él vendrá en septiembre. Pero eso fue desmentido por su hombre de confianza, Ricardo Patiño.

Él y Gabriela Rivadeneira, secretaria ejecutiva de PAIS, viajaron a Bruselas para reunirse con el exmandatario. Aún el bloque verdeflex no conoce la conversación que mantuvieron.

A eso se une, la salida del gabinete de Patiño, Virgilio Hernández y Paola Pabón (esta última reemplazada provisionalmente por el ministro de Defensa Miguel Carvajal).

Ellos renunciaron porque Moreno no está apegado a los principios ideológicos del movimiento gubernamental y quieren fortalecer el proceso desde afuera.

Esteban Melo, asambleísta y dirigente oficialista, señala que no han dejado solo a Moreno, pero recuerda que el trabajo también se hace con las bases.

Según los analistas consultados, el mandatario podría abrir la puerta a una consulta popular que reforme la estructura del Estado.

Moreno necesita construir una mayoría que necesitaría de la oposición y si ellos no aportan se abre un nuevo escenario para convocar consulta, asegura Gustavo Isch.

Para ello, añade, necesita que los diálogos con los empresarios y las organizaciones políticas creen un frente que lo apoye, argumentó Gustavo Isch, consultor político.

A su criterio, la consulta es urgente. Todavía no se han tocado el subempleo, desempleo, ni se ha cambiado el equipo económico de Correa.

Moreno abre las puertas a una consulta

Acudir a la voluntad del pueblo. Esa es la salida que el presidente Lenín Moreno abrió anoche al país, como una opción en caso de que “alguien quisiera obstruir la verdad o poner en riesgo la institucionalidad del país”.

En su informe semanal, el mandatario fue tajante en señalar que acudiría a esa voluntad “las veces que sea necesario”.

También precisó que no basta con los señalamientos, sino que “los culpables tienen que ser sancionados, pero también es importante que se localicen los recursos que fueron obtenidos indebidamente para que sean devueltos”. Y aclaró que en este Gobierno “ni presionamos a las funciones de control, ni para perseguir, ¡peor para encubrir a nadie!”.