Volquetes y retroexcavadoras son, desde hace un mes, parte del paisaje cotidiano de Pedernales. Su paso por las calles causa inquietud por el movimiento que producen.

Cuando la pala mecánica para frente a una de las viviendas que tienen un sello blanco, todos saben que inicia el derrocamiento. Los turistas y la gente del poblado sacan sus teléfonos celulares y empiezan a captar imágenes.

Ignacio Chérrez llegó el viernes desde Cuenca. Dijo a EXPRESO que no podía dar crédito de lo que estaba viendo. “Vine con mi esposa hace tres meses a Pedernales y nos gustó. Ver que el hotel que usamos ahora es demolido me impactó”, aseveró.

Según los estudios del Cuerpo de Ingenieros del Ejército y otros técnicos internacionales en estructuras que llegaron a la denominada ‘zona cero’, son 1.158 las edificaciones que deberán ser demolidas.

El sábado le tocó el turno a la casa de Mauricio Colasma. Detrás de una valla colocada por los militares solo podía ver cómo la pala mecánica derrumbaba las paredes como si fueran de cartón. Les tomó tres horas terminar el trabajo.

Su esposa solo dio la espalda y lloró para no ver cómo se iba al suelo lo que les costó tres años construir.

“Con créditos, dejando de comer o divertirnos, levantamos estos departamentos que alquilábamos a los turistas. En menos de un minuto se perdió todo”, contó Mauricio a EXPRESO. CRR