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Dempsey marca el ritmo del anfitrion

Klinsmann reconoció antes de la Copa América que la afrontaban sin ninguna presión deportiva, lo que les convierte en un rival peligroso.

Contundencia. Clint Dempsey fue el jugador en el que Estados Unidos basó su clasificación a semifinales. Los defensas ecuatorianos tuvieron muchos problemas para marcarlo.

Con un bloque sólido, un fútbol muy efectivo y un líder como Clint Dempsey, Estados Unidos ha conseguido colarse en las semifinales de una Copa América por segunda vez en su historia.

El sorprendente anfitrión, que logró quedar primero de un grupo con rivales de la talla de Colombia, Costa Rica y Paraguay, dio un nuevo golpe de autoridad y se clasificó para semifinales tras superar en cuartos a Ecuador (2-1).

Y de nuevo fue Dempsey, que marcó en tres de los cuatro partidos de su equipo, quien lideró al grupo dirigido por el hasta hace poco cuestionado técnico alemán Jurgen Klinsmann. Marcó el primer gol y dio la asistencia del segundo.

El delantero de los Seattle Sounders de la MLS logró igualar los tres tantos de Lionel Messi y Philippe Coutinho, máximos goleadores del torneo, y ya está a solo cinco goles de alcanzar los 57 que logró con la selección estadounidense el mítico Landon Donovan.

La selección anfitriona ha demostrado en este torneo que forma un grupo muy bien aprovechado, con orden atrás, presión en todas las líneas, un gran espíritu de sacrificio, velocidad en el contraataque y una alta efectividad ante las porterías de los rivales.

“Ellos son fuertes en la marca, no te dejan espacio. En el primer tiempo tuve uno encima todo el tiempo”, comentó el ecuatoriano Christian Noboa tras el partido de cuartos, dejando claro que se trata de un rival incómodo y muy difícil de superar.

Al veterano Dempsey le acompañan en esta competición jugadores de la talla del portero Brad Guzan (que solo ha recibido tres anotaciones), un seguro en defensa como Jhon Anthony Brooks, los polivalentes Jermaine Jones y Michael Bradley o el incisivo extremo Bobby Wood.

No obstante, el reto que les espera en semifinales es mayúsculo, pero intentarán seguir haciendo historia.