
Los democratas sellan la formula Clinton-Kaine
Unos 4.700 delegados y dirigentes del Partido Demócrata inician hoy la Convención Nacional que entronizará la fórmula presidencial Hillary Clinton-Tim Kaine, con la difícil tarea de reconstruir la unidad interna para enfrentar la amenaza que representa
Unos 4.700 delegados y dirigentes del Partido Demócrata inician hoy la Convención Nacional que entronizará la fórmula presidencial Hillary Clinton-Tim Kaine, con la difícil tarea de reconstruir la unidad interna para enfrentar la amenaza que representa Donald Trump.
La exsecretaria de Estado es la única aspirante a la candidatura presidencial demócrata y ya tiene los delegados suficientes para confirmarlo, pero el proceso partidario interno dejó heridas evidentes que precisarán de paciencia y habilidad para ser cerradas.
Clinton presentó formalmente a Kaine el sábado en un acto de campaña en Miami, y los dos se esforzaron en garantizar que la Convención Nacional Demócrata presentará una visión del país muy diferente de la que se discutió en la convención del conservador Partido Republicano, que finalizó el pasado jueves.
En el campo republicano, Trump ya fue oficializado como candidato presencial acompañado por el experimentado Mike Pence, gobernador del estado de Indiana, al fin de una ruidosa convención partidaria que dedicó buena parte de su tiempo a criticar a Clinton.
Con ese antecedente, Clinton parece dispuesta a ser el centro de una convención dedicada a reconstruir de emergencia la unidad del partido y al mismo tiempo exhibir una visión capaz de aglutinar a electores indecisos o atemorizados por el discurso republicano.
En la convención que los demócratas preparan en Filadelfia, el partido traerá toda su artillería pesada, con una lista de oradores que incluye hasta al presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden.
Sin embargo, la unidad del partido seguramente exigirá más que discursos, ya que las divisiones quedaron en evidencia durante las elecciones primarias y Clinton precisa con urgencia encontrar una fórmula para atraer el voto de los electores más jóvenes, su gran punto débil.
Después de una tensa elección interna que dejó al descubierto enormes divisiones, el partido llega a la Convención que debe sellar la candidatura de Clinton envuelto en la incertidumbre y cierto aroma de escándalo.
La eventual reaproximación entre Clinton y el senador Bernie Sanders, quien presentó una formidable resistencia en la elección interna, volvió a quedar sobre el tapete ante la divulgación de casi 20.000 correos electrónicos de altos dirigentes del partido durante la campaña.
En esos correos queda en evidencia que verdaderos pesos pesados del partido discutieron formas de socavar la campaña de Sanders y favorecer a Clinton. El escándalo llevó a la presidenta del Comité Nacional Demócrata, la legisladora Debbie Wasserman-Schultz, a anunciar ayer que no hará un discurso en la Convención y ni siquiera presidirá los trabajos partidarios.