Desconcierto. Fernando Luna (i), Ayrton Preciado y Jorge Guagua (d) intentan hallar una explicación a lo sucedido anoche en el Capwell. Emelec cedió dos puntos de oro ante Delfín, su rival directo por ganar la segunda etapa del torneo.

Delfin sigue siendo la tarea pendiente

Emelec anoche en el estadio Capwell, una vez más fue incapaz de doblegar a Delfín, equipo que le arrebató un valioso empate (0-0) en la puja que mantiene por ganar la segunda etapa y coronarse campeón nacional.

Diez minutos de claridad y 80 de desconcierto. La frase resume lo sucedido con Emelec anoche en el estadio Capwell, donde una vez más fue incapaz de doblegar a Delfín, equipo que le arrebató un valioso empate (0-0) en la puja que mantiene por ganar la segunda etapa y coronarse campeón nacional.

La muralla defensiva que el técnico uruguayo Guillermo Sanguinetti planteó apenas tuvo unos cuantos titubeos en ese lapso de tiempo, en el que el Bombillo pudo haber inclinado la balanza a su favor, de no mediar los errores en la definición de Bryan Angulo, quien tuvo dos claras opciones para doblegar al guardameta Pedro Ortiz.

Una vez pasado el envión inicial, Delfín manejó el ritmo del partido. Le entregó el balón a Emelec, pero le cerró los espacios en tres cuartos de cancha, desconectando los circuitos entre Ayrton Preciado, Marcos Mondaini, Fernando Gaibor y Fernando Luna con Bryan Angulo, el único hombre en punta, quien era fácilmente absorbido por la marca de los zagueros centrales.

Cuando la razón se nubla las ideas se acaban y eso fue lo que le pasó a los azules, que comenzaron a abusar del pelotazo ante un rival con jugadores muy veloces, que cuando no podían con armas lícitas comenzaron a apelar al juego brusco, ante la complacencia del árbitro central, quien dejó algunas amonestaciones pendientes.

Alfredo Arias comenzó a mover la banca en busca de alternativas. Primero le dio ingreso a Marlon De Jesús, quien ocupó el lugar de un Mondaini que estuvo muy lejos de su nivel habitual.

La hinchada comenzó a corear el nombre de Pedro Quiñónez, reemplazo de Osbaldo Lastra, pero tampoco fue la solución, al igual que la entrada de Bruno Vides.

Conforme se acercaba el pitazo final la desesperación se apoderaba más del Bombillo, mientras la visita jugaba con la ansiedad del rival, fingiendo lesiones que obligaron al árbitro a adicionar siete minutos, tiempo que tampoco sirvió para que Emelec pueda descifrar la férrea resistencia del Cetáceo.

Con este resultado Delfín se mantiene en la cima de la tabla, con dos puntos más que su rival de ayer, que ahora apostará a sumar en los dos Clásicos que fueron diferidos por la participación de Barcelona en la Copa Libertadores de América.

El término de la segunda etapa del campeonato nacional está más cerca y el Bombillo ya no tiene margen de error.