El presidente comete la imprudencia y falta de tino al calificar de ignorante al presidente electo de los EE. UU. Personalidad violenta e impredecible que con un simple cierre de mercado, levantando un solo dedo, nos pondría en peores condiciones de las que él nos deja. Es hora que el presidente guarde sus arrebatos para cosas privadas, que se infiera a sí mismo el daño que desee, pero que no nos embarque en defensa de lo indefendible y en declaraciones discordantes con nuestra opinión pública. No me alegro de la muerte de nadie, ni se la deseo a quienes han hecho daño a mi país, pero tampoco me solidarizo con expresiones que no se compadecen con la desastrosa realidad del pueblo cubano.

José Antonio Gómez Iturralde