Dajomes, la sonrisa mas fuerte del pais
Alegre. Divertida. Agradable. Engalanada y hasta coqueta. Aunque los músculos son el símbolo de Neisi Dájomes, su sonrisa y su inmaculada actitud resaltan en cada lugar que visita. Es su bandera.
Alegre. Divertida. Agradable. Engalanada y hasta coqueta. Aunque los músculos son el símbolo de Neisi Dájomes, su sonrisa y su inmaculada actitud resaltan en cada lugar que visita. Es su bandera.
Esta deportista oriunda de Lago Agrio (Sucumbíos), pero registrada en el Puyo (Pastaza), es sin duda una estrella que ya brilla con luz propia. Su carrera se proyecta como ninguna otra. Con 18 años de edad, le da la espalda al conformismo y sabe que el techo de su desempeño es el cielo.
Su historia en el deporte se remonta hace siete años. Luego de vivir por dos en un internado junto a sus otras hermanas, y al pasar de la casa de su papá a la de su madre. Allí, Neisi iba a encontrarse con algo que cambiaría su vida.
“Mi hermano siempre salía y yo un día lo seguí, porque nunca me quería decir a dónde iba, y Mayra Hoyos (su entrenadora actual) me vio y me dijo: ‘¿Quieres entrenar?’ y cuando lo hice me llamó bastante la atención. Tenía 11 años”, rememora Dájomes entre risas.
Pero Neisi debió vivir un viacrucis antes de labrar su nombre. Con apenas 12 años, la pesista dejó a su madre y hermanos para vivir con su entonces entrenador Walter Llerena. Si bien estaba dedicada al deporte, tenía otra responsabilidad: estudiar y sacar buenas notas.
“Teníamos una vida muy rígida. Tener buenas notas era un requisito para estar en la casa. Al principio era difícil, porque estaba sola, apartada de mi mamá. Era la primera mujer que se iba a vivir con Walter. Mi vida era la casa, estudiar y entrenar. Aún lo es”, sentenció.
Actualmente en el último año de colegio, Dájomes recuerda su experiencia en Río 2016 como el inicio de su periplo. “No sé que vaya a pasar en los próximos tres años, pero mi aspiración es prepararme bien y dar lo mejor de mí”, agregó con la esperanza reflejada en su rostro, la misma que la revela como la sonrisa más fuerte del Ecuador. Por su entereza y por su labor.
Halterofilia
Río 2016, el fruto del sacrificio
Aunque por situaciones extradeportivas no pudo estar en los Juegos Olímpicos de la Juventud, cuando fue su turno en los principales en Río la ecuatoriana sacó su poder alcanzando un séptimo lugar.