Contraste. Los jugadores de la selección colombiana festejan tras el primer gol anotado por James Rodríguez, ante la mirada incrédula del delantero Felipe Caicedo. El atacante ecuatoriano no tuvo oportunidades claras.

Cumbia colombiana en el Atahualpa

Colombia bailó a Ecuador y se quedó ayer con la final anticipada. Los cafeteros se acercan a Rusia y la Tricolor quedó muy mal parada.

Antonio Valencia detuvo su carrera al escuchar el pitazo final que marcó la derrota de Ecuador en el estadio Atahualpa. ‘Toño’ se quedó unos segundos parado, con las manos en la cintura y con la mirada hacia el centro de la cancha. Miró como buscando alguna respuesta a lo sucedido.

El futbolista decidió retirarse de la cancha tras unos segundos. A un lado quedó el protocolo de despedirse de sus rivales o saludar al público. Caminó con la mirada al piso mientras se intensificaba la bulla de las vuvuzelas y los colombianos saltaban de un lado al otro festejando el resultado. Solo James Rodríguez apareció en su camino. Lo abrazó y siguió de largo. No dijo nada. A su lado, el resto de seleccionados también salieron con la mirada al piso, bajo una silbatina que superó a las trompetas.

El ambiente en el estadio tras el partido fue de luto. Y sobraban los motivos. Era el cotejo de la reivindicación. La final esperada para retomar el camino a Rusia. Inclusive, fue considerado como la invitación de los jugadores para que los hinchas vuelvan a confiar y vivan una tarde de ensueño. Pero todo salió mal y terminó en una pesadilla que deja a la Tri fuera hasta de la zona de repechaje.

Durante los primeros minutos los locales mandaron en la cancha. Si bien no generaron ocasiones muy claras para anotar, tuvieron el balón y llegaron hasta la zona de finalización con remates desde fuera.

Parecía que el juego se inclinaba a su favor, pero llegó la jugada que rompió el compromiso. A los 20 minutos Miguel Borja ganó la raya lateral y levantó un centro que Walter Ayoví no pudo rechazar. El balón dio en James Rodríguez y se metió al arco tricolor.

Ese golpe no pudo ser asimilado por Ecuador, que aunque trató de retomar el buen ritmo fue presa de sus nervios y ansiedad. Los pases errados y sin sorpresa se convirtieron en el denominador común.

Colombia, por su parte, esperó con orden y cuando tuvo la oportunidad adelantó las líneas. Así logró el segundo gol. Nuevamente un pase a profundidad, rompiendo la última línea, dejó a Rodríguez sin marca. Él cedió para que Juan Guillermo Cuadrado marque, ante la poca reacción de los ecuatorianos.

A partir de ahí cualquier esfuerzo pareció en vano. Los ecuatorianos lucharon, corrieron, pero no les alcanzó para nada más. Esta vez no se pudo. Y si sigue así, no se podrá.

Pineida, poca proyección y floja marca

Colombia recargó juego en el callejón que se creó entre Mario Pineida (20) y Arturo Mina. Por ese lado llegaron las mejores cargas y los goles. El lateral ganó la raya de fondo solo una vez y pocas veces se entendió con Antonio Valencia, restándole a la Tri una de sus principales armas ofensivas.

Oyola nunca hizo olvidar a Noboa

José Pékerman lo anticipó: “Ecuador pierde mucho sin Cristian Noboa en la cancha”. Matías Oyola (11) apeló al juego fuerte y no le dio una salida clara al equipo, lo que sí hace el ‘Zar’. Hubo dos tiros libres ideales para su perfil, pero no le permitieron ejecutarlos. Allí se vio quiénes mandan en la Tri.

Caicedo no contó con los espacios

Luego de caer ante Paraguay, el técnico Quinteros dijo que no usó a Marcos Caicedo (17) porque su mejor fútbol se ve cuando el rival le da espacios. Ayer le dio ingreso en el minuto 58, con el marcador 0-2 y con un rival que se había encerrado. Hay muchas contradicciones en el entrenador.