Culebron

El tema de moda es que Rafael Correa y Lenín Moreno se pelean. Unos dicen que sí, otros dicen que no. Que es verdad, que es cuento. Todo un culebrón. Convengamos que saber si se nos avecina un gobierno de continuidad o de cambio tiene importancia, tanto para los chismosos como, sobre todo, para los inversionistas que tienen recursos represados sobre cuyo destino esperan tomar decisiones. Para el uno la ruptura fue aquel guiño en Twitter, o la transparentación de las finanzas públicas, mientras que para el otro será la ley emblemática que de presentarse, abrirá las aguas. Por donde pregunto obtengo opiniones distintas sobre lo que simboliza la ruptura. Esa divergencia de criterios no solo es propia de los observadores. Junto con nosotros, los expertos, siguen produciendo conclusiones tan inútiles como las de los panas, hermanos, hijos, primos o abuelos cuando conversamos sobre asuntos públicos. Con el supino argumento de que las variables son infinitas, ningún experto ofrece un modelo suficientemente riguroso para anticipar decisiones políticas o económicas, aunque le imponga un porcentaje de certeza. Recibí ayer el reporte de un experto economista que también habla de política. Brinda elementos de juicio. Cuenta unos chismes. Reporta eventuales cambios. Refiere posibilidades. Ofrece datos. Alimenta el debate. ¿Pero qué certezas ofrece? Nada sobre qué fundar con un intervalo de confianza decisiones de negocios. Entre tanto se sigue pagando, se sigue contratando y se sigue educando cientistas sociales para esto.

No pretendo excluirme de esa lamentable manada en la que pretendemos dar explicaciones pero rehuimos a que nos midan: ni el Fondo Monetario, ni los Bancos Centrales, ni los encuestadores califican qué tan precisos fueron en sus pronósticos, sobre los que se basaron en su momento innumerables decisiones de negocio. Ya es hora de que todos asumamos la responsabilidad. Propongo a mis lectores que empecemos por fijar un criterio y un plazo desde ya, para que podamos medir si han roto palitos o no, los dos protagonistas del culebrón de la semana.