Otrora radiantes con el brillo del pincel conceptual reflejando en cada uno de los detalles el arte sacro de autores anónimos que con justeza, cautivados apreciábamos los seis grandes cuadros protegidos por igual cantidad de marcos colocados en la pared lateral externa del edificio ubicado en las calles Pedro Carbo y Francisco de P. Icaza. Piden a gritos restauración. Algunos marcos están con filos mellados o cayéndose a pedazos. La pintura de fondo de la fachada descascarándose por la humedad. Igual acontece en los cuadros. Presentan franco deterioro. Esta esquina única en Guayaquil con cuadros de relevancia católica merece pronta atención.

César A. Jijon Sánchez