Cristian Ramirez en el club de los 100
El jugador del Krasnodar de Rusia y sus confesiones de lo que le ha costado llegar en el fútbol europeo.
Cristian Ramírez lleva 8 años desde que dejó al Independiente del Valle. El lateral del Krasnodar de Rusia, nacido en Santo Domingo de los Tsáchilas, en la actualidad es uno de los tres ecuatorianos que tiene más de 100 partidos jugando en Europa. Encabezan la lista Antonio Valencia y Cristian Noboa. En este momento su equipo está en el segundo lugar de la liga rusa. Ramírez, en tierra colorada, inició en Perugia 33, luego jugó en Titos Sport y Colorados Jaipadidas.
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Hace poco la agencia EFE lo llamó el Roberto Carlos ecuatoriano, debido al fútbol que muestras. Llegó para quedarse en Europa, dice que lo mejor que le pudo pasar es aprender el idioma y ponerse el chip de allá para dedicarse a jugar. Padre de dos nenas, Zaya y Zafira, y casado con la top model húngara Aniko Vago, por ahora está de vacaciones en Indonesia, pero cuando viene a Ecuador le gusta pasar realizando actividades agrícolas en una hacienda que adquirió.
Tener 100 partidos es de pocos extranjeros en Europa.
Cumplir 100 encuentros con la misma camiseta es algo muy bonito, tanto para el jugador como para el club. Pocos pueden hacer esto de manera seguida. Creo que ecuatorianos somos pocos los que hemos logrado esto. Le doy gracias a Dios por esto, debido a que fue uno de mis objetivos cuando vine. Lo he compartido con mi familia que siempre ha estado presente conmigo.
Después de los 100 partidos, qué se viene.
Eso me tiene feliz, pude llegar a los 100 partidos. Poco se da eso. Ahora hay que volver a entrenar para hacer una gran temporada en el 2020, queremos estar en los torneos europeos. Me dieron una camiseta en homenaje a los 100 partidos, espero llevarla a Ecuador.
¿Cuál es el secreto?
Si no tienes una entrega al 100 %, al máximo nivel, es algo difícil poder mantener un gran nivel, debes tener una preparación mental fuerte, cuando sales de tu país a Europa. Ya son ocho años acá, ha tocado entrenar fuerte en todo sentido.
Fue a Europa siendo un peladito.
Debuté a los 15 años en primera categoría con Independiente del Valle, después de un Mundial. El profesor Carlos Sevilla me hizo debutar y me vine.
A los 18 años ya estaba en Alemania.
Salí muy joven, pero gracias a eso me ha servido mucho. Gracias a la cultura alemana cambió mi mentalidad. He acogido nuevas costumbres y las pongo en práctica. Con mi familia vivimos una vida con reglas y con orden, valió la pena aprender muchas cosas buenas.
La adaptación cómo fue.
Fue durísima al inicio, llegué en invierno, en enero. Estaba nevando muy fuerte y hacía mucho frío, se entrenaba menos 10 a 12 grados y con nieve, era todo nuevo. Fue duro, no conocía el idioma y estaba solo. Me costó varios meses, pero luego de varios meses todo fluía. Es más difícil adaptarse cuando el idioma no es el mismo. Solo te toca aprender todo.
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La vida a la europea qué cambios tiene, pocos han estado tanto tiempo.
Muchos jugadores han venido y se han regresado, por el motivo de adaptación y a veces se extraña a la familia, o el entorno y hasta la comida. Yo vine con el propósito de jugar. Puedo decir que cambié el chip que tenía en Ecuador y me coloqué el que necesito para vivir y jugar de Europa. Mi esposa es húngara, igual que mis bebés, eso es una bendición. Seguro que el idioma fue algo vital. Ahora pasa lo mismo con mis bebés, a quienes le inculcamos inglés, español y húngaro. Yo no tuve esa oportunidad, pero lo estoy haciendo con mis hijas.
En el equipo va segundo, hay que seguir así.
Es es el objetivo, de seguir arriba, hemos hecho una buena campaña. Hemos jugado Champions y Liga Europa. Terminamos en segundo lugar en el torneo ruso, que ahora ya se paralizó, por vacaciones, y volvemos a jugar en enero. Me siento satisfecho por lo que se ha hecho. El club está contento. Ahora toca trabajar para ir de forma directa a la Champions. Todo eso que sucede sirve de mucho.
Y la vida de padre de dos lindas nenas como es.
Es lindo, disfruto el día a día, es algo muy especial disfrutarlas a ellas. Las bebés me han cambiado la vida, me siento bendecido por Dios, lo que era un sueño, él lo hizo posible.
DETALLE
A los 15 años debutó en Independiente del Valle, a los 18 se fue a Alemania, pasó a Hungría y ahora juega en el Krasnodar de Rusia. Así opina Cuando llegue a Europa fue durísimo, entrenábamos con menos 12 grados, el idioma era diferente. Tuve que cambiar el chip y adaptarme.