
La corrupcion en el deporte
Para que una actividad sea considerada como deporte, tiene que tener su estructura administrativa y de control, con su reglamento respectivo. Por supuesto, que el hecho de no estar reconocido como deporte no impide que popularmente se puedan practicar diversas modalidades, como pasa con el deporte rural.
El deportista profesional. La gran profusión conque se practica universalmente el deporte, ha dado como resultado que está convertido en el mayor entretenimiento que existe, junto al crecimiento de las noticias sobre el tema que publican los medios de comunicación y el incremento del tiempo de ocio. Todos estos factores lo han llevado a profesionalizarlo. El resultado ha sido que para el deportista profesional, pueda llegar a ser más importante el dinero o la fama que el propio deportista en sí. El fútbol, en Europa y América Latina, el fútbol americano, el básquetbol y el béisbol son ejemplos que mueven enormes cantidades de dinero. Todo esto aumenta la competitividad y la victoria tiene un gran significado en el aspecto económico.
Aquí aparece el lado negativo del deporte, pues se usan muchas argucias y trampas, como el nuevo jinete del apocalipsis que es la corrupción, aumentada con la práctica del dopaje por parte del deportista, para aumentar su rendimiento. Se calcula que el mundo del deporte, como espectáculo, mueve anualmente una cantidad cercana a los 100.000 millones de dólares, entre venta de entradas, derechos televisivos y patrocinios. A eso debe agregarse el material y ropa deportiva, equipamientos y gastos en salud y forma física. No llama la atención que, la industria del deporte genera cada año, a nivel global, cerca de 700.000 millones de dólares.
¿Cuánto vale un buen deportista? La corrupción comprende, además, la “trata de jugadores”, en la que los deportistas destacados reciben cantidades de dinero siderales por los pases, aunque es un misterio poco aclarado, cómo se distribuye ese dinero: ¿Cuánto recibe el deportista, su representante, los dirigentes de los clubes, etc.? Creo que el escándalo de la FIFA es una buena demostración del nivel de corrupción que se vive en uno de los deportes. Todavía falta destapar muchas ollas.
¿La política en el deporte? También la política ha hecho su presencia. Aunque los organizadores de competencias internacionales no consideran quién es el país ganador, sin embargo, siempre se publica el ranking de las medallas ganadas, que prestigian a los países que quedan primeros, atribuyéndose el mérito de haber impulsado el deporte con una fuerte ayuda económica para sus deportistas, tratando de sacar algún provecho electoral.
El dopaje. Pero el más grave de los problemas que enfrenta el deporte y aumenta la corrupción es el dopaje, o sea el uso de sustancias o métodos prohibidos en el deporte que aumentan artificialmente el rendimiento del deportista. Hay un Código Mundial Antidopaje, el mismo que varía constantemente, pues las sustancias prohibidas se multiplican pese a los controles, que en gran parte se los eluden, siendo cómplices tanto el deportista, como su entrenador y los dirigentes. Las más utilizadas son: los esteroides, los estimulantes, los analgésicos narcóticos, los betabloqueantes y los diuréticos. Hace pocos días, escandalosamente, una federación europea aprobó el uso de la cocaína, por parte de un ciclista, a quien se lo encontró dopado, alegándose que la utilizó para distraerse.
Soluciones. He conversado mucho con un valioso médico deportólogo, el Dr. Tyrone Flores, miembro de varios organismos deportivos, tanto nacionales como internacionales, como Odepa, Odesur y Odebo, que tienen a cargo, entre otros asuntos, el control del dopaje, y me explicó, con detalle, las maniobras que, a diario, se producen para lograr burlar su control, las mismas que seguirán aumentando sin límites.
Nuestra propuesta es: o suprimir las pruebas deportivas donde se imponen esfuerzos sobrehumanos, como por ejemplo, el caso de la halterofilia en el que se levanta peso tres veces superior al del deportista, las vueltas ciclísticas a Francia e Italia y algunas más que se me escapan. O la otra medida que propongo: que, previa una campaña mundial sobre los perjuicios que, de por vida, puede causar el dopaje por obtener una medalla, se deje en libertad a deportistas y dirigentes para que a su criterio lo usen o no. Allí todo dependerá de la responsabilidad de cada cual y de los dirigentes. Que no sorprenda mi propuesta cuando en gran parte del mundo se está legalizando el uso de las drogas.