Carondelet. Arkel Benítez, Rafael Correa y Antonio Sánchez, ayer, en Quito.

Correa recibe premio por avances en la justicia

El presidente Rafael Correa recibió ayer la Gran Cruz de la Orden Iberoamericana de la Justicia. Oficialmente, es un reconocimiento por los avances que ha experimentado el país, durante la última década que ha estado en el poder.

Lo aceptó de buena gana. El presidente Rafael Correa recibió ayer la Gran Cruz de la Orden Iberoamericana de la Justicia. Oficialmente, es un reconocimiento por los avances que ha experimentado el país, durante la última década que ha estado en el poder.

El sábado, Correa se declaró enemigo de este tipo de condecoraciones: “Pese a que no me gustan estas cosas, pero insistieron tanto que también uno debe ser delicado”, justificó.

Al acto que se desarrolló en el Palacio de Carondelet, asistieron Arkel Benítez, secretario general de la Conferencia de Justicia de Iberoamérica, y Antonio Sánchez, vicepresidente de la Fundación Carlos III, que impulsa el galardón.

“Hemos podido constatar esa transformación de Ecuador en materia de seguridad y justicia”, aseguró Benítez y resaltó los cambios en materia penitenciaria.

Correa amplió el reconocimiento y dijo que esto no es algo que ha logrado su gobierno, sino el pueblo ecuatoriano, desde 2008, que aprobó la nueva Constitución.

En cifras, explicó que fue necesario invertir, desde 2011, $ 2.528 millones para recuperar al sector Justicia y $385 millones en el sistema penitenciario, lo que significa casi tres puntos del producto interno bruto (PIB).

Pasadas las 13:00, Correa mantuvo un almuerzo de trabajo con el directorio ampliado del Consorcio de Gobierno Autónomos Provinciales del Ecuador (Congope). No trascendieron los temas que iban a ser discutidos en este encuentro.

Ayer, la agenda pública del mandatario inició a las 11:00, con el tradicional cambio de guardia al que asistieron los estudiantes de la Unidad Educativa 19 de Noviembre del cantón Mira, provincia del Carchi. CRR

Lo aceptó de buena gana. El presidente Rafael Correa recibió ayer la Gran Cruz de la Orden Iberoamericana de la Justicia. Oficialmente, es un reconocimiento por los avances que ha experimentado el país, durante la última década que ha estado en el poder.

El sábado, Correa se declaró enemigo de este tipo de condecoraciones: “Pese a que no me gustan estas cosas, pero insistieron tanto que también uno debe ser delicado”, justificó.

Al acto que se desarrolló en el Palacio de Carondelet, asistieron Arkel Benítez, secretario general de la Conferencia de Justicia de Iberoamérica, y Antonio Sánchez, vicepresidente de la Fundación Carlos III, que impulsa el galardón.

“Hemos podido constatar esa transformación de Ecuador en materia de seguridad y justicia”, aseguró Benítez y resaltó los cambios en materia penitenciaria.

Correa amplió el reconocimiento y dijo que esto no es algo que ha logrado su gobierno, sino el pueblo ecuatoriano, desde 2008, que aprobó la nueva Constitución.

En cifras, explicó que fue necesario invertir, desde 2011, $ 2.528 millones para recuperar al sector Justicia y $385 millones en el sistema penitenciario, lo que significa casi tres puntos del producto interno bruto (PIB).

Pasadas las 13:00, Correa mantuvo un almuerzo de trabajo con el directorio ampliado del Consorcio de Gobierno Autónomos Provinciales del Ecuador (Congope). No trascendieron los temas que iban a ser discutidos en este encuentro.

Ayer, la agenda pública del mandatario inició a las 11:00, con el tradicional cambio de guardia al que asistieron los estudiantes de la Unidad Educativa 19 de Noviembre del cantón Mira, provincia del Carchi.