Discurso. El presidente Rafael Correa, ayer, en Ciudad del Vaticano.

Correa lleva al Vaticano sus criticas al neoliberalismo

“Los paraísos fiscales son la expresión más nociva y antiética del mundo actual”. Presidente Rafael Correa

El presidente Rafael Correa destacó ayer, en el Vaticano, que el neoliberalismo dominante en Occidente lleva al “imperio del capital” y que el “gran desafío del siglo XXI” es lograr la supremacía de las personas sobre el capital.

La oportunidad se la brindó su participación, junto con el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el candidato demócrata a las primarias de Estados Unidos, Bernie Sanders, en un simposio conmemorativo del 25 aniversario de la publicación de la encíclica ‘Centesimus Annus’, escrita por el papa Juan Pablo II (1978-2005).

En su intervención, Correa criticó con dureza que el mundo actual sea “el imperio del capital”. Aseguró que “en las democracias occidentales (...) el dominio del mercado es tal que la calidad de la democracia se mide frecuentemente por la cantidad de mercado y todo lo alejado se llama populismo”.

Y puso el foco en que con frecuencia, los países occidentales critican “las democracias de Asia, África y América” con “adjetivos peyorativos” porque no se asemejan a sus sistemas.

“Sin embargo -prosiguió- si la esencia de la democracia es que el pueblo formado e informado sea el soberano, bastaría con el apoyo social al gobierno para determinar que un país como Bolivia es mucho más democrático que cualquier otro de Europa”.

Añadió que las democracias occidentales deberían “llamarse democracias mediatizadas, porque los medios de comunicación han sustituido el estado de derecho por el estado de opinión” y criticó que sean los medios los que determinen lo que importa en las sociedades.

“No importa lo que se haya propuesto en la campaña electoral, ni lo que el pueblo haya mandado en las urnas, sino lo que aprueben o desaprueben en sus titulares los medios de comunicación”, condenó.

El presidente ecuatoriano subrayó que “el colapso del bloque soviético” permitió legitimar que se extendiera en los países desarrollados el sistema de “capitalismo liberal” y más concretamente “su expresión extrema, el neoliberalismo” que consideraba la mínima intervención del Estado “como el más adecuado para el desarrollo”.

Sin embargo, continuó, la realidad ha demostrado que con este sistema económico el mundo se encuentra actualmente con “niveles sin precedentes de desigualdades”, que están provocando el fin de las civilizaciones modernas.

Para apoyar su tesis, se refirió al informe de la ONG Intermon Oxfam titulado ‘Una economía para el 1 %’, en el que se indica que “el año 2015, 62 personas dispusieron de más riqueza que otros 3.600’000.000 de seres humanos”.

“La historia nos muestra que para lograr la justicia e incluso la misma eficiencia se necesitan manos bastantes visibles, se requiere de acción colectiva, de una adecuada intervención del Estado con una sociedad tomando sus decisiones por medio de procesos políticos”, agregó.

Durante su discurso, dedicó un espacio concreto al trabajo humano para decir que es tratado “como una mercancía más” y no como “el esfuerzo para la generación de riqueza” y “una forma vital de llenar nuestra existencia”.