Fue su último baño de popularidad en la Plaza de la Independencia, en el centro de Quito. Los simpatizantes del mandatario saliente, Rafael Correa, lo despidieron con música, carteles y globos blancos.

Él se emocionó hasta las lágrimas cuando un grupo musical –dirigido por el cantautor Damiano, condecorado por el mismo Correa con la orden nacional al Mérito, en abril– le cantaba ‘Hasta siempre presidente’.

En el balcón del Palacio, el Jefe de Estado, que mañana entregará el poder, se despedía, mandaba besos y dibujaba corazones con sus manos. A su lado estaban el vicepresidente reelecto, Jorge Glas, y el presidente de la Asamblea, José Serrano. Ellos también se sumaron a los aplausos y vivas al mandatario saliente.

El set de música de despedida duró 15 minutos, también participaron los hermanos Núñez. Fue al terminar la tradicional ceremonia de Cambio de Guardia, en la que participan los Granaderos de Tarqui.

Ayer, la agenda de Correa empezó muy temprano. Como había ofrecido, inauguró, aunque todavía no está terminada, la Plataforma de Gestión Financiera.

Un enorme edificio, de 132.824 metros cuadrados de construcción ubicado en el norte de la capital, que acogerá a 11 entidades públicas vinculadas con la gestión financiera y económica. La obra, que es propensa a las inundaciones si llueve muy duro en Quito, fue construida por la empresa China CAMC Engineering.

“Qué bueno despedirme entregando esta obra arquitectónica a la ‘Carita de Dios’”, dijo el mandatario.

Volvió a hablar de los problemas de las inundaciones, pero insistió que el problema es por un colector externo, responsabilidad del Municipio. Ayer no mencionó las goteras ni las filtraciones en los pisos superiores. La semana anterior aseguró que eso era normal en edificios nuevos.

Al final de la tarde, Correa impuso nuevas reglas para los medios de comunicación radiales. Lo hizo, con una reforma al reglamento de la ley de Comunicación sobre la difusión de contenidos musicales producidos, compuestos o ejecutados en el país.

Hasta ahora, la norma decía que la difusión del 50 % de ese tipo de música debía hacerse de forma secuencial y alternativa o alternando segmentos con la internacional. Ahora, además, los medios deberán realizar esa difusión “en horarios de alta recepción”. Esos horarios los definirá el Consejo de Comunicación.

Y tendrán que incluir contenido musical cuya producción haya sido realizada al menos durante el último año previo a la difusión.