Guillermo Lázaro
El mayor Guillermo Lázaro frente al edificio de la institución en la avenida 9 de Octubre.Amelia Andrade

Coronavirus: Falleció el bombero 'salvador de suicidas'

El mayor Guillermo Lázaro, jefe de la Quinta Brigada de esta institución en Guayaquil, aparentemente con síntomas de Covid-19.

A través de un comunicado en su cuenta de Twitter, el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil notificó sobre el fallecimiento del mayor Guillermo Lázaro, jefe de la Quinta Brigada de esta institución. El hecho ocurrió este martes 28 de abril en un clínica privada donde el uniformado luchó por su vida, aparentemente contra el coronavirus.

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La institución ya recibió un golpe anterior, con el fallecimiento del mayor Luis Páez, jefe de la Cuarta Brigada, ocurrido el jueves 23 de abril.

Este Diario, en diciembre de 2018, realizó un reportaje sobre los rescates del mayor Lázaro, porque era conocido por disuadir a suicidas de la idea de quitarse la vida. Lo recordamos a continuación:

El bombero que le arrebata los suicidas a la muerte

Guillermo Lázaro
Era conocido, entre otras cosas, por persuadir a los suicidas de la idea de quitarse la vida.Amelia Andrade

Ha espantado a la muerte en cuatro ocasiones. Las tres primeras veces, el bombero Guillermo Lázaro la echó de cabeza desde lo alto de la misma antena telefónica que se levanta en la cooperativa 1 de Septiembre del sector Las Malvinas, en el sur de la ciudad. 

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En esa columna de 30 metros, la más alta de ese sector de Guayaquil, especifica el oficial de 52 años, se han trepado tres de los cuatro suicidas a los que ha rescatado de sus brazos huesudos y embusteros. La primera vez que al guayaquileño lo llamaron para decirle que un hombre se quería lanzar de esa antena era el Día del Padre de 2016. 

En lugar de recibir los besos de sus dos hijas, al jefe de la Quinta Brigada de Bomberos de Guayaquil le tocó ir al sitio para convencer al sujeto de que los problemas con su esposa no eran un motivo suficiente para acabar con su vida. En los trece años que llevaba en la institución, era la primera vez que le tocaba atender una tentativa de suicidio. 

Intuyó que lo mejor era hablar con él y poco a poco ganarse su confianza. 

Le dio resultado, aunque con mucha paciencia. Luego de una hora de consejos, de preguntas y hasta de halagos, logró acercarse a él sin que se diera cuenta y con ayuda de una grúa-canasta lo agarró del cuello y lo subió a la plataforma de un solo tirón. 

Julio de 2017, lo mismo. La misma antena, la misma emergencia, pero ahora la víctima tentaba a la muerte por problemas de dinero. Y Lázaro aplicó la misma fórmula, pero esta vez la charla duró más de una hora. "A él ha sido el más difícil de convencer", recuerda el también miembro de la división de rescate de los casaca roja.

Un mes después: la misma antena, la misma emergencia. "‘Lázaro, ahí están tus locos, anda’, bromearon mis compañeros. Es que era demasiada casualidad", dice entre risas, provocadas por los motivos que impulsaron al individuo a treparse al poste. A su tercer suicida no solo le molestaba que su mujer le hubiese sido infiel, sino que, para colmo, le hubiera recalcado que ‘el otro’ lo hacía mejor que él. 

Lázaro, que escuchaba las risitas de sus compañeros a sus espaldas, le aconsejó que no se dejara ganar por el orgullo y nuevamente, tras una hora de ‘consejos matrimoniales’, dejó plantada a la muerte. "Ahora me da risa, pero en ese momento uno tiene que estar serio, inspirar confianza, porque no hay que jugar con eso", aclara el uniformado, que entró ‘con las justas’ al cuerpo bomberil cuando tenía 37 años, dos más de los actualmente permitidos para ser parte de la entidad. 

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Desde que era un niño tenía el sueño de ser bombero, pero entre el trabajo y su familia el tiempo transcurrió hasta una madrugada de 2003. Un incendio frente a su casa avivó la llama de ayudar a los demás que no se extinguía dentro de él. Luego de auxiliar a sus vecinos, hizo el curso y ahora ha perdido la cuenta de cuántas vidas ha salvado. 

"Aunque también he visto las escenas más dolorosas. Como cuando un papá mató a todos sus hijitos". Eso sí, hay una enorme diferencia entre salvar la vida de una persona que no desea perderla y otra a la que le gusta tentar a la muerte. "Ellos (los que amenazan con matarse) por lo general lo hacen más por llamar la atención, hasta por ser escuchados. Con eso no se juega", reflexiona. 

Nunca se ha vuelto a ver con sus ‘loquitos de las antenas’, pero le gustaría. La única vez que supo de uno de ellos, del tercero, era que estaba en Estados Unidos de viaje con su mujer, la que le fue infiel. "Al menos mis consejos sirvieron de algo. Esta es nuestra paga". 

Líder Almeida fue la cuarta víctima que trató de quitarse la vida frente a la empresa en la que laboró durante 25 años, el pasado 1 de octubre de 1018. Lázaro hizo que desistiera de su idea y días después este le agradeció.