Con el corazon y la mente

En cuanto a escoger pareja se refiere, se debería consultar al corazón y la mente. Si lo aprueban o no, estos deciden a quién amar o archivar. En la intimidad de las relaciones se va conociendo los encantos y desencantos, aguantando lo que más hace sufrir por un amor. Cuando uno ama se hace adicto a la voz sensual como una locutora susurrando al oído, acalorando la sangre y escudriñando el corazón. Para el amor no existe distancia, edad o clase social. Cuando este se presenta “aquí estoy porque he venido”.

Aunque sea la tercera oportunidad así me gustas, un poco de todo niña, loca, inquieta e inmadura.

Javier Valarezo Serrano