Durante el fin de semana pasado el número de policías y agentes de seguridad privada aumentó en el Malecón y en el cerro Santa Ana. Las actividades en el lugar se desarrollaron con normalidad, pese a lo ocurrido la noche del viernes.

La coordinacion en seguridad, una necesidad en Guayaquil

Coordinación. Según la ONU, para que una ciudad sea segura debe haber una correcta organización entre la prevención social, diseño urbano y aplicación de ley.

Una semana después de que el Concejo Cantonal de Guayaquil se reuniera para exigir a la Asamblea Nacional celeridad en la aprobación del proyecto de ley para el Fortalecimiento de la Seguridad Ciudadana, que busca endurecer las penas en ciertos delitos, un nuevo suceso agitó las redes sociales.

Vídeos, fotos y testimonios viralizados la noche del viernes mostraron un escenario de angustia y miedo en pleno Malecón Simón Bolívar, por una supuesta balacera que fue desmentida por las autoridades.

Para prevenir los delitos y “por pedido de la ciudadanía” el Municipio ha decidido colocar rejas en los parques, pues “frente a un mal que no se controla hay que encontrar una forma de que la gente siga viviendo”, dijo el alcalde Jaime Nebot en su último enlace radial. Sin embargo, expertos consultados por este Diario creen que es necesario y urgente que el Cabildo se involucre más en el tema de la seguridad, como por ejemplo, permitiendo que su Policía Metropolitana pueda formar parte del proceso de ayuda y alerta ciudadana.

“El Municipio debió doblar (en el Malecón) la guardianía privada, especialmente en las entradas y salidas. Es necesario que haya competencias establecidas y la coordinación de protocolos entre las policías y la seguridad privada”, precisa Jorge Villacreces, presidente nacional de empresas de seguridad.

Villacreces asegura que una comunicación directa entre las instituciones contribuiría a mitigar el problema.

Remigio Camacho, experto en seguridad, coincide con él, y añade que es primordial que también se trabaje en el perfil de confianza del agente, pues los reiterados casos de corrupción y mal proceder dentro de estos organismos le impiden a los guayaquileños sentirse seguros y creer en que esas personas los pueden proteger.

Pero la prevención del crimen va más allá del poder represivo. Organizaciones como ONU Hábitat, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Instituto Igarapé hablan de la importancia de articular políticas públicas desde los municipios, que permitan a los ciudadanos apropiarse de los espacios públicos.

“La seguridad debe ser experimentada en todos los espacios, desde el más íntimo en el hogar, pasando por el entorno a la vivienda, el barrio, la comuna y la ciudad en su conjunto”, detalla el programa ‘Ciudades Seguras’ de la ONU.

En ese contexto, asegura el urbanista Luis Saltos, el Cabildo debe mirar hacia atrás y analizar qué problemas sociales pueden ayudar a solucionar la violencia.

“Si no se articulan políticas para que las personas se sientan seguras, además de ponerles rejas y cercos eléctricos, van a seguir ocurriendo sucesos como los del Malecón. La ciudad debe estar activada 24/7 y no solo en sectores específicos. No podemos salir del Malecón, lleno de guardias, a avenidas vacías y oscuras”, reitera Saltos.

Campañas, trabajo articulado con organizaciones sociales y conectar a la ciudad entre sí son algunas de las soluciones que el urbanista plantea para que los guayaquileños puedan caminar tranquilos por las calles.

Desconfiar puede ser perjudicial

Desconfiar de la experiencia de la ciudadanía en episodios de violencia es contraproducente, asegura el sociólogo Agustín Burbano, en referencia al rechazo de las autoridades a los robos denunciados en redes sociales por personas que estuvieron en el Malecón.

“Si no se investiga con seriedad lo que se termina construyendo a la larga es una sensación de desconfianza sobre la fuerza pública y las autoridades encargadas de administrar la seguridad y la justicia”.