
Confianza que se perdio en una decada
Tres años es el tiempo que duran los periodos de los presidentes del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Ecuador.
Lo saben casa adentro. La credibilidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) llegó desgastada y se erosionó, aún más, tras las elecciones del 2 de abril. La desconfianza se capitalizó en las calles.
El viernes pasado, la consejera Marcela Paredes confirmó lo que desde hace algunos años comentan actores sociales y políticos: la cercanía de las autoridades electorales con el Ejecutivo causa dudas.
El malestar que dejaron los resultados electorales del balotaje ha hecho que en ciudades como Quito, Guayaquil o Ibarra cientos de personas se movilicen para pedir un recuento voto a voto. Los llamados a la calma, desde el CNE, no han surgido efecto alguno.
¿El problema es que la mitad del país no les cree? Esa fue la pregunta que se planteó a la funcionaria. “Ese es el problema y precisamente por ello debemos trabajar, debemos saber cómo funciona el Consejo Electoral y que los ciudadanos que salen a protestar sepan que hay gente honorable dentro del CNE”, aseveró Paredes.
Pero para María Paula Romo, militante de la Izquierda Democrática y del desaparecido movimiento Ruptura de los 25, no sería justo endilgar la falta de credibilidad únicamente a la actual administración del CNE. Ella cree que los problemas empezaron en 2008.
“Hay dos factores. El uno es la integración del CNE con figuras cercanas al régimen, que han pasado de la sospecha de simpatía a los hechos. El segundo son las actuaciones dispares: apertura cuando se trata de iniciativas del Gobierno; bloqueo si es de la oposición”, le dijo Romo a EXPRESO.
Ella se refiere a Omar Simon, que dirigió el organismo electoral entre 2008 y 2011. A él se le acusó de ejercer poco control sobre la propaganda electoral en la primera reelección del presidente Rafael Correa. Terminó como secretario particular del mandatario, uno de los cargos de mayor confianza.
Su sucesor, Domingo Paredes, fue titular del CNE desde noviembre de 2011 hasta el 2014. En ese lapso, se descalificó la consulta popular solicitada por Yasunidos y la extinción del Prian, MPD, PRE y Ruptura. También se produjo el escándalo de las firmas falsificadas y falta de control de la publicidad electoral en época de campaña.
Paredes exhortó a Correa a no emitir el enlace ciudadano previo a la elección de alcaldes en 2014, pero el presidente rechazó el pedido. El año pasado mostró su carné de afiliación al movimiento Alianza PAIS.
El 2 de abril pasado, el actual presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, durante la inauguración de las elecciones dijo algo que provocó inquietud: “Quiero decirles que entre los mejores recuerdos y acciones que me llevaré cuando concluya la presidencia, es haber coincidido históricamente con el presidente Rafael Correa. Siempre hemos establecido las articulaciones que conlleva la Función Electoral”.
En febrero, Pozo le dijo a este Diario que se sentía orgulloso de todos los cargos públicos que ha ocupado, pero que nadie puede cuestionar sus acciones, que según él siempre han estado apegadas a la ley.