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Las ciudadelas de via a Salitre se sienten poco resguardadas

Los moradores aseguran que los robos y asaltos se dan con frecuencia. Las urbanizaciones y locales comerciales han tomado medidas de protección.

Desde hace un poco mas de un año, en Málaga II se ubicaron tres torres con luces que sobresalen de la valla perimetral de la ciudadela, con la que los guardias vigilan hacia fuera.

Como una ruleta rusa, dependiendo de su suerte se sienten los dueños de locales comerciales y los habitantes de las urbanizaciones ubicadas en la vía La Puntilla-Salitre.

Están angustiados e indignados, dicen, porque el bienestar que creyeron haber logrado con las casas compradas -que reemplazó los arrozales que cubrían esas tierras-, ahora ha sido sustituido por la inseguridad. A pesar de las cámaras y los guardias de seguridad, todos están a merced de la delincuencia.

“Por eso quiero irme de aquí. En mi urbanización han robado unas cinco veces. Hace pocos meses vi que en un cajero una joven fue abordada por dos hombres que se bajaron de un auto y le quitaron toda la plata que había sacado”, recuerda Daniel Sánchez, residente de la ciudadela Bona Terra. Él dice estar cansado de la delincuencia a tal punto de poner su casa en venta para irse a vivir a New York, Estados Unidos, donde asegura que no sufre ese nivel de incertidumbre. Su cansancio y enfado lo comparten todos los moradores con los que conversó EXPRESO.

El problema surge, y con eso concuerda incluso la Policía, porque solo hay un agente que patrulla por las veinte urbanizaciones de la zona, donde residen más de 30.000 habitantes.

“Hace dos semanas en el centro comercial Milann Plaza se le robaron el auto a una mujer que se bajó por unos minutos a comprar ”, narra un guardia que custodia una de las ciudadelas y quien prefirió no identificarse.

“Hace quince días (ahí mismo) un señor encontró uno de los vidrios de su carro roto, de donde se habían sustraído sus pertenencias”, recuerda José Byron Morales, residente de la urbanización Nápoli.

Es que ese centro es uno de los puntos ya ‘fichados’ por los antisociales, ahí donde a diario acuden por bebidas, comidas, compras y distracción centenares de vecinos.

Como ese es un comercio abierto a todo público, su administración ya ha tomado medidas de seguridad: ha aumentado un guardia más para la vigilancia (ahora hay tres), ubicó letreros donde recuerda a los visitantes cuidar sus objetos y estar atentos. “Es que es un trabajo en conjunto, la gente debe cuidar sus pertenencias y tener precauciones, especialmente ahora que se acerca la Navidad”, precisa Adriana Aguirre, la administradora.

Uno de los asaltos más recientes ocurrió hace unos tres días, según cuentan los vecinos, en una farmacia situada cerca de la ciudadela Mallorca, donde los antisociales intervinieron.

Este medio hizo un recorrido por varias de las urbanizaciones, como Brisas del Norte, Logare, Arboletta, Málaga y otras, donde las medidas de seguridad se han reforzado. Por ejemplo, en Málaga II desde hace un año, después de que la delincuencia interrumpiera la tranquilidad de los moradores, levantaron tres torres desde donde los guardias iluminan las afueras de la urbanización.

Su administrador, Julio Mosquera Sotomayor, menciona que por varias ocasiones sus colegas de las urbanizaciones vecinas se han reunido con representantes del Municipio de Daule y con miembros de la Policía Nacional para pedir un aumento de personal policial que ronde en la zona. “Pero aún no se nos ha dado la solución”, manifiesta.

La policía lo reconoce

El subteniente Noé Cuello, encargado de la seguridad de esa zona, perteneciente a la parroquia La Aurora, indicó que “efectivamente un policía patrulla la vía y no es suficiente”. Pero además señaló que mientras los residentes continúen empadronados en Guayaquil, en sus registros, la cantidad de habitantes continúa siendo poca para designar a más agentes.