
Chile cumplió este viernes tres semanas de protestas con una masiva manifestación en la que cientos de miles de personas volvieron a clamar contra la desigualdad y contra las medidas sociales anunciadas por el Gobierno de Sebastián Piñera al considerarlas “insuficientes”.
Tras varios días de concentraciones más minoritarias, las calles de la capital chilena se volvieron a llenar de gente de todas las edades, incluidos ancianos y niños, que de manera pacífica denunciaron también la represión con la que las fuerzas de seguridad están conteniendo el estallido social, que ya se ha cobrado la vida de veinte personas y ha dejado miles de heridos.
“Esta va a ser la marcha más larga de la historia, y no por su longitud, sino porque no vamos a abandonar las calles. El pueblo de Chile está cansado”, dijo a Efe, Jorge Salinas, un obrero de 62 años.
“No podemos parar la lucha si todavía no vemos cambios importantes por parte del Gobierno. Queremos una nueva constitución y que se vaya Piñera”, aseguró por su parte a Efe la universitaria Laura Ríos.