El cerebro se reinventa
La idea (de negocio) es crear chips que doten al cerebro de nuevas habilidades
Imagine este escenario: Usted tiene un sueño que cree que solo podría cumplir viviendo en otra época, volviendo a nacer o en un mundo paralelo. Por ejemplo, ser una reconocida gimnasta olímpica con tantas medallas de oro que ya no quepan alrededor de su cuello... Ahora imagine que su cerebro con ayuda de un implante pueda recrear esa experiencia y todas las que usted quisiera vivir y no puede.
¿Será posible? “La integración neural fluida es algo que sucederá. La cuestión solo es cuándo lo hará”, explicó Eric Leuthardt, neurocirujano de la Universidad Washington en St. Louis al MIT Technology Review. Leuthardt lleva más de quince años trabajando en el desarrollo de un interfaz cerebro-ordenador que le permita generar esos implantes.
La idea se concentra en reinventar el cerebro. Desarrollar chips cerebrales capaces de mejorar nuestra memoria, borrar recuerdos concretos, introducirnos información y hasta inducirnos alucinaciones. Curar enfermedades neurológicas también es una de las líneas o al menos servir de ayuda.
Leuthardt es uno de los pioneros en los implantes cerebrales para ayudar a restaurar la función motora en extremidades paralizadas por accidentes cerebrovasculares y ha desarrollado varios dispositivos que se encuentran ahora en fase clínica a través de Neurolutions, mitad empresa ortopédica, mitad laboratorio de investigación.
Sin embargo, su objetivo de ‘descifrar’ los pensamientos humanos está aún lejos.
La cuestión es que precisamente esa es la mejor parte del pastel y Leuthardt no está solo. “En cuatro o cinco años el humano será un cyborg”, dijo Elon Musk cuando presentó Neurolink hace poco más de un año. Su plan de fusionar el cerebro humano con la inteligencia artificial sigue en pie y basa en unos electrodos que se conectarían con el cerebro a través de la yugular.
Y este plan es idéntico al de empresas como Kernel o la misma Neurolutions: primero, “tratar enfermedades como la epilepsia, la depresión mayor, el párkinson o el alzhéimer” y después mejorar la función normal. Esto se traduce en la vieja obsesión de que “o los humanos se fusionan con las máquinas o la inteligencia artificial nos hará irrelevantes”.
Más allá de eso, se trata de desarrollar una tecnología terapéutica con la mente ya puesta en dar el paso que dieron las gafas o el que quieren dar los audífonos: pasar de productos sanitarios a dispositivos de moda/estatus/placer.
Entonces, si un día además de ser una gimnasta olímpica también quiere experimentar unas vacaciones por las Islas Turcas y Caicos... solo deberá cambiar su chip sin salir de casa.