Aporte. La bailarina Cynthia Espíndola, en 9 de Octubre, afuera del Centenario.

Al centro le falta vida

Guayaquil bosteza después de que las oficinas se desocupan y las farolas se encienden. Un par de locales abre para vender empanadas o papas fritas camino al malecón, pero falta vida. Después de las 21:00, Guayaquil, en sus vías principales, no es más q

El centro muere en las noches. Guayaquil bosteza después de que las oficinas se desocupan y las farolas se encienden. Un par de locales abre para vender empanadas o papas fritas camino al malecón, pero falta vida. Después de las 21:00, Guayaquil, en sus vías principales, no es más que una ciudad, aunque llena de adoquines, aburrida.

La gente se cansó ya de recorrer una y otra vez el malecón, de subir y bajar las escalinatas. Quiere acción, diversidad, cultura. No cree que la regeneración sea todo lo que necesita el centro. Piensan igual expertos como David Hidalgo, arquitecto y reconocido catedrático de la Universidad Católica.

“La regeneración urbana solo ha logrado cambios de forma y no de fondo en el centro de Guayaquil. El desarrollo urbano no debe ser pensado solo en términos de embellecimiento de la ciudad, sino que su objetivo principal es mejorar la calidad de vida urbana de sus ciudadanos integralmente”.

¿Cómo lograrlo? Hidalgo apunta a varios ejes: parques, circuitos turísticos y, entre otros, la rehabilitación y remodelación de inmuebles para vivienda. “No podemos continuar alimentando el modelo de ciudad dispersa con soluciones habitacionales en Samborondón o vía a la costa. Se debe invertir en el centro para repoblarlo a través de una densificación habitacional en altura de uso mixto con comercio en planta baja”. Pero no cualquier comercio, este debe estar orientado a una economía de servicios y no a la venta de electrodomésticos, como hoy en la 9 de Octubre.

El máster en Diseño Urbano Filiberto Viteri coincide con él en este punto de invertir en propuestas inmobiliarias. “Poca será la gente que transite por cualquier área del centro pasado el horario de oficina. Debe haber densidad. Esto garantiza una mejor seguridad, cohesión barrial y apropiación”.

¿Ayuda la regeneración? Sí, pero no es suficiente. “Soterrar cables y cambiar adoquines no garantiza que una ciudad sea atractiva. Se requieren espacios gastronómicos y culturales”, aporta por su parte el experto en urbanismo Carlos Jiménez.

Son los espacios que faltan, sobre todo en la noche. El ciudadano Pablo Encalada pide a las autoridades que caminen de noche por la 9 de Octubre, especialmente desde la Rumichaca. “Un sector tomado por drogadictos, sin alumbrado... Está abandonado”, se lamenta.

El ingeniero en administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, José Andrés Estévez, apunta a vender cultura.

Es una ciudad de tránsito rápido. Negocios. Eventos. Convenciones. “¿Qué se le puede ofrecer a este tipo de turistas? ¡El centro!, pero no este centro de un parque con iguanas y un ‘tontódromo’ lleno de adoquines. ¡Debe venderse cultura!”.

Guayaquil -a su criterio- debe tener un centro lleno de galerías, bares con banda, restaurantes temáticos que aprovechen la gran diversidad cultural que ha acogido esta ciudad; teatros; magia; museos comprometidos con aportar a la educación de futuras generaciones

Viteri lo ratifica. El patrimonio de Guayaquil no son los adoquines. Para que una ciudad sea destino turístico debe tener y promover lo que otras no tienen. “Si Guayaquil fuera la única ciudad con adoquines, eso la proyectaría, pero no lo es; ni siquiera tiene adoquines interesantes, como aquellos de madera en La Habana”.

Entonces, cuestiona, ¿qué es único en Guayaquil? Una mezcla de factores: la informalidad, la condición de puerto, los soportales continuos por grandes extensiones en el centro, la combinación río-estero, el manglar incorporado en la trama urbana, el sector industrial viejo (Astillero) al lado del centro, entre otros. Esto es lo que la proyecta como única. La pregunta entonces es: “¿qué de eso se ha mantenido?”.

POSTURAS

“Aburre ir a las mismas franquicias”

La actriz Marttah Viktoria Robles tiene clara la figura. Al centro de Guayaquil le hace falta un bulevar de arte y comida. “Aburre ir a las mismas franquicias. Debe haber más lugares para visitar en esa área que el malecón y Las Peñas”.

El ciudadano Guillermo Rolando, en cambio, propone al Cabildo la edificación de más áreas verdes para darle prioridad al peatón y no al automóvil. “Se puede cerrar algunas calles y -por ejemplo, volverlas peatonales”.

VOCES

Carlos E. jiménez, Máster en planificación urbana

El centro de la ciudad necesita espacios gastronómicos y culturales, así como señaléticas, buen transporte público, seguridad y guías turísticos que dominen dos idiomas.

José Andrés Estévez, Ingeniero en Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras

Nuestro centro, hoy, es solo un parque con iguanas, un ‘tontódromo’ lleno de adoquín, un sobrevalorado malecón y cerveza en las escalinatas del cerro. ¡Guayaquil debe vender cultura!

David Hidalgo, arquitecto, Máster en peritación de edificios

En esta zona es necesaria la rehabilitación y remodelación de inmuebles para vivienda. Hay que repoblarlo a través de una densificación habitacional en altura de uso mixto.