Cartas presidenciales: sèppuku

El ritual de suicidio japonés, más conocido como harakiri, es para los guerreros samurai el acto por el cual el sujeto se corta el vientre y el torso con una daga afilada (’tanto’), mientras el otro partícipe (’kaishaku’) lo decapita con una espada (’katana’). Es un ceremonial hoy asociado con una actitud suicida por un fracaso o una derrota.

Ud. no es un samurai, pero da la impresión de prepararse para un sèppuku. Su gobierno está implosionando. Hay más de un ‘kaishaku’ que está dispuesto a cortarle la cabeza: los mismos a quienes Ud. califica como “los mejores ecuatorianos”. No sé con qué criterios escogió su vicepresidente. La señora es impresentable: es una chavista redomada, corta una figura de frivolidad ni siquiera vista en las más altas esferas peluconas, patrocina una empresa familiar de burócratas de altos coturnos que contribuyen al déficit fiscal, y está acusada de “diezmera”, lo que hace pensar que hay razones de fondo para tener docena y media de asesores en un oficio de conspiradores.

Ha dicho, incorrectamente, que es irresponsable proponer la rebaja de los impuestos. Lo que debería haber ordenado a su equipo económico es que dé claras muestras de iniciar el desmantelamiento del Estado obeso y ofensivo que armó su predecesor, Estado que hoy constituye una tara social de prohibitivo costo económico. Han presentado un presupuesto que ya ha sido caracterizado como un esperpento y que, de tener un legislativo medianamente calificado, merece ser rechazado.

Le pregunto, ¿por qué seguimos soportando a Assange? Su excanciller vendió la bandera al otorgarle la nacionalidad a un fulano que es tan ecuatoriano como Ud. es belga. Como consecuencia de ello, el fiscal especial que investiga la intromisión de los rusos en la política americana lo está indagando a Ud. por haberse reunido con quien hoy es reo condenado y mentiroso de oficio. ¿Qué hacía Paul Manafort en la embajada ecuatoriana en Londres reuniéndose con Assange, de quien hoy se sabe está en la mira de la justicia americana?

Cuidado con el tema de la corrupción. Su régimen no ha recuperado el primer dólar de los $70.000 millones que robaron. Ahora que no hay contratos a dedo o de giro del negocio, los rumores, sean fundados o no, hacen eco de que personas cercanas a Ud. se han volcado a la venta de puestos, para redituar. Se dice también que Ud. habla con Correa lo que, de ser cierto, será la daga de su harakiri.

Un líder no puede actuar por temor al qué dirán o al cómo reaccionarán los proxenetas políticos. Me resisto a verlo como a un doble agente cuyas acciones contradicen su retórica, pero es mi deber informarle que, debido a sus dubitaciones, Ud. aparece como un gran maestro del tongo, lo que explica la caída libre de su capital político.

¿Cuál es el desenlace? Su tiempo le va quedando corto. Le recomiendo que, con Fondo o sin Fondo, no se le ocurra romper su palabra de no poner más impuestos, ni crecer la deuda desaforadamente y matar las esperanzas de mejores días. Rompa las cadenas que hacen de este país, potencialmente próspero, un refugio tercermundista. De otra forma prepárese para el sacrificio, dejándonos una herencia de frustración y de tiempo perdido que no se recupera.