La Carlos Julio, una avenida poco amigable con el peatón

La Carlos Julio, una avenida poco amigable con el peaton

Si hay una calle en la urbe que puede ser considerada poco amigable para el peatón, esta debería ser la avenida Carlos Julio Arosemena.En un tramo de cuatro kilómetros y medio es posible encontrar los más diversos obstáculos. Desde veredas angos

Si hay una calle en la urbe que puede ser considerada poco amigable para el peatón, esta debería ser la avenida Carlos Julio Arosemena.

En un tramo de cuatro kilómetros y medio es posible encontrar los más diversos obstáculos. Desde veredas angostas, pisos con pronunciados desniveles, cables caídos y hasta fugas de agua.

La vía, que conecta la avenida 9 de Octubre con la vía a Daule, Los Ceibos e incluso Urdesa, es considerada industrial; sin embargo, cuenta con puntos de gran fluidez peatonal debido a que en ella se encuentran distintas unidades educativas, fábricas y estaciones del sistema de transporte Metrovía.

Pese a ello, en un recorrido realizado a pie por este Diario, se comprobó que hay sectores donde el espacio de la vereda es tan reducido que los transeúntes deben caminar sobre el asfalto para poder pasar. Esto sucede a la altura del club Puerto Lucía, la ciudadela Stella Maris y Solubles Instantáneos S.A., lugares donde la vereda no excede ni siquiera el metro de ancho.

En otros sitios, en cambio, las entradas para vehículos construidas al borde de la vía y sin señalización obligan al peatón a caminar sobre la calzada.

Los transeúntes son conscientes del riesgo que implica caminar por la avenida.

“Es incómodo. Hay mucho tráfico y los vehículos pasan muy cerca de la vereda. Tengo que esperar que haya chance para poder cruzar la calle”, comentó Mario León.

Las falencias que tiene esta ruta también preocupa a padres de familia. “No dejaría que mis hijos caminen solos por aquí. Primero por la delincuencia y también por los vehículos. No se sabe qué puede pasar”, concluyó Rubén Morales.

Los urbanistas concuerdan con ellos.

“El principal problema para los peatones es la falta de fluidez. Lo ideal sería, ya que es una vía que conecta el corazón del centro con el norte, que no existieran cortes y que el peatón pudiera recorrerla completa”, señaló Gabriela Durán, contratista de diseño urbano.

David Hidalgo, máster en Preservación de Patrimonio Urbano, dijo que la infraestructura de la zona no ha avanzado con el crecimiento de la urbe.

“La Carlos Julio nunca se pensó como una vía para peatones porque era una zona industrial. Es por eso que la calidad del suelo disminuye ahí. Sin embargo, soluciones técnicas y sencillas, como aprovechar los espacios debajo de los viaductos o abrir los malecones pueden hacer la vía más amigable”.

Jorge Ordóñez, docente de la facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, opina que bajar el límite de velocidad en la calle puede ser una solución. “Por ahí pasa la Metrovía y autos a alta velocidad. Eso, sumado a que las aceras son de un metro veinte hacen que el peatón se sienta inseguro y no quiera caminar por ahí”. JMT/ MTN