Es un matemático mexicano nacionalizado en Estados Unidos. Actualmente es rector de la universidad Yachay Tech.

Carlos Castillo: “Todos nuestros problemas son de infraestructura”

El rector de Yachay Tech visitó Guayaquil para dictar una conferencia sobre la investigación interdisciplinaria y discutir los programas que ofrece la universidad.

No se puede tapar el sol con un dedo, y el rector de Yachay Tech tampoco lo intenta. Está consciente de que, mientras recorre el país atrayendo a estudiantes a la universidad insigne del Gobierno anterior, el instituto superior y la Empresa Pública Yachay están inmersos en la polémica tras un informe que da cuenta de los complejos problemas de fondos e infraestructura que enfrentan.

- ¿Cómo reaccionó al informe publicado esta semana por la Empresa Pública Yachay?

- Me pareció muy transparente. Lo que me apena es que, pese a los intentos que hemos hecho por diferenciar la empresa pública de Yachay Tech, aún persiste la confusión.

- ¿En qué consiste esa confusión?

- En que no son lo mismo. La empresa pública se encarga de la Ciudad del Conocimiento, de la infraestructura, y nosotros del profesorado, las clases, los estudiantes...

- Sin embargo, los problemas de infraestructura los afectan...

- Sí. Estamos conscientes de que hay cinco edificios con defectos estructurales, fallas en la energía eléctrica, no hay alcantarillado, hay muchos retrasos en la entrega de los bloques para los estudiantes, los salones y los laboratorios. También hay problemas con algunos de los laboratorios que están terminados.

- ¿Qué tipo de problemas?

- Hay problemas de diseño. Algunos fueron construidos sin los requerimientos que teníamos para poder instalar cierta maquinaria pesada, otros no tienen los sistemas de ventilación adecuada. Contratamos un equipo de arquitectos e ingenieros para supervisar el rediseño (costará $ 800 mil).

- ¿No fueron consultados en cuanto a los requerimientos que tenían?

- No. Con la empresa pública, hasta la administración anterior, existía un problema de comunicación. Nos preguntaban qué queríamos, nos daban una fecha, pero no teníamos directa participación en esos procesos. Eso ha cambiado ahora. Recientemente me hicieron parte del directorio de la empresa pública.

- Pero pese a la falta de laboratorios y salones, aún se están preparando para un nuevo proceso de admisión...

- Sí. Vamos a readecuar el edificio de la Senescyt para contar con más salones y nos entregarán otros 8 laboratorios en octubre. En enero nos han prometido los apartamentos para los estudiantes (necesitamos acomodar a cerca de 200 alumnos). Además, hemos hecho convenios para suplir los retrasos en la entrega de laboratorios de punta, que deben estar listos en un año, según el cronograma que nos dieron.

- ¿En qué consisten estos convenios?

- Un problema que hemos tenido es que nuestros profesores, el 100 %, tienen doctorado y deben hacer investigación. Sin embargo, como no tenemos laboratorios de punta, nos ha tocado apoyarlos para que salgan del país a hacer sus investigaciones. Hemos hecho convenios para que ellos y los alumnos puedan usar los laboratorios de institutos y universidades politécnicas.

- Pese a estas dificultades, ¿aún considera que Yachay Tech puede convertirse en una de las mejores universidades de América Latina?

- Actualmente, la educación que ofrecemos está entre las mejores del continente. Tenemos excelentes profesores, todos nuestros ayudantes de cátedra tienen maestría. Todos los problemas que hemos tenido han sido de infraestructura. Además, solo tenemos tres años. Pensar que en tres años vamos a hacer una universidad de alcance mundial es utópico. Pero en una década más podríamos estar, fácilmente, compitiendo con las mejores de Latinoamérica.

- ¿Qué siente que ha faltado, no solo en Yachay Tech, sino en América Latina, para que nuestras universidades no estén aún en las de mayor excelencia a nivel mundial?

- Bueno, tenemos muy buenas universidades, como la Universidad Nacional de Colombia, pero ¿por qué no han sido excelentes? Creo que tiene que ver con su involucramiento dentro del proceso político. Eso ha creado muchos problemas. A diferencia de Estados Unidos, en América Latina es parte de la cultura y es algo que estamos tratando de redefinir.