Damnificado. Walter Zambrano sostiene una soga en una caña para luego colocarle la red de pesca. Está sobre el terreno donde se levantaba su casa.

Canoa trata de salir a flote

La actividad turística es el motor de esta parroquia rural del cantón San Vicente, provincia de Manabí. Conocida como la ‘Montañita manaba’, Canoa retoma de a poco su ritmo.

Estira y recoge. Walter Zambrano prepara la tramoya que sujetará las redes para una pronta pesca. Hala una cuerda verde, hace un nudo y repite el ejercicio. Todo esto sobre donde antes del 16 de abril estaba su casa de dos pisos. Ahora es un terreno vacío. Enfrente todavía está en pie su restaurante, donde vende lo que pesca. “Estamos abriendo los fines de semana, pero se vende poquísimo. De un 100 % que vendíamos antes del terremoto, ahora vendemos un 30 %”, cuenta Zambrano.

La actividad turística es el motor de esta parroquia rural del cantón San Vicente, provincia de Manabí. Conocida como la ‘Montañita manaba’, Canoa retoma de a poco su ritmo. El sector hotelero está recuperado, comenta el director de Turismo del Municipio, Álex Molina. El Gobierno municipal capacitó a los servidores turísticos en una reunión el pasado jueves en el balneario. El remezón ahuyentó a unos y trajo a otros nuevos. Molina reconoce que la ocupación hotelera es pausada, calcula que de un 30 %, pero que aumentará paulatinamente. “Tenemos para albergar a máximo unas cinco mil personas. Era una cifra muy similar hasta antes del terremoto. Había negocios adicionales con los que ya no contamos. La mayoría logró reconstruir”.

El servidor público atribuye la rápida recuperación a que los hoteleros y otros no perdieron tiempo en iniciar la reconstrucción de acuerdo con sus posibilidades. Los que no pudieron rehabilitar la zona afectada, por ejemplo, prefirieron construir un bar o una cafetería en su lugar.

Greg Gilliam es propietario del Canoa Beach Hotel. La situación de la parroquia, cuenta, ha mejorado en infraestructura, pero aún falta. Considera indispensable para el progreso de la actividad turística que los lugareños recuperen sus viviendas, ya que son ellos quienes atienden en los restaurantes, en los hoteles y sirven los cocteles de los visitantes, entre otras actividades. A esto adiciona la necesidad de contar con servicios básicos. “Aún no tenemos alcantarillado, no tenemos agua por tubería, recolección de basura. Esta es la base, humanos viviendo dignamente y luego una infraestructura: servicios básicos, Internet, líneas telefónicas”. Todo esto lo trabajan en conjunto con el Municipio.

Zambrano y su familia todavía viven en un refugio en la vía Río Canoa, más allá del cementerio, cerca de una cancha de fútbol. Está cansado de dormir sobre plástico y de escuchar el ruido que hace con el viento. Cuenta que fue uno de los primeros en aplicar para la construcción de su casa, pero hasta la fecha recibe una respuesta.

De acuerdo con el informe de incentivos de viviendas por emergencia del plan Reconstruyo Ecuador con corte de ayer, el Gobierno ha entregado en San Vicente 208 bonos para reparación de vivienda y 171 para construcción de una casa nueva en terreno propio.