Arreglos. El paso para los ciclistas ya está habilitado en el tramo de la Ecoaldea, hace dos meses cerrado.

Las camineras de la Santay se rehabilitan por iniciativa local

Ante la inacción estatal, los colonos de la Ecoaldea asumieron la reparación. Se financian con el alquiler de bicicletas. Han gastado más de $ 3.000.

Cansados de los ofrecimientos de refacción de las camineras y ciclovías que conducen a la Ecoaldea desde Guayaquil y Durán en la isla Santay, los colonos realizaron el arreglo de los huecos del tramo en mención por mano propia y financiamiento turístico.

En agosto de este año, el Ministerio del Ambiente anunció el cierre de las camineras para los ciclistas por considerarse peligroso el paso por el lugar, puesto que en el tramo que conecta a la aldea existían más de 200 huecos, que no permitían un paso seguro por la ciclovía.

“En vista de que el turismo se estaba bajando a causa de esto, nos reunimos para arreglarlas y hacer funcionar las bicicletas”, explica Jorge Parrales, administrador del centro de turismo comunitario.

Los colonos contrataron a una persona que trabaja dos veces por semana en la reparación de las grietas, que aparecen seguido, a causa de la poca resistencia del material con el que fueron construidas estas rutas, como ya lo anticipó hace dos meses EXPRESO.

Al momento, los costos de reparación se cubren con las ganancias que deja el alquiler de las bicicletas a turistas. Por ello, los colonos hacen un llamado a la ciudadanía local y extranjera para que no dejen de visitar el área de recreación natural, y así sostener ese gasto, que le corresponde, advierten, al Estado asumir.

Según Parrales, cada una de las tablas, que sirven como parche al tramo, cuestan $ 25. Asimismo, calcula que hasta el momento se ha invertido más de 3.000 en la reparación.

El problema de esta ruta se arrastra desde el 2014, fecha de la inauguración de las camineras. La constructora Bueno y Castro se encarga del arreglo tan solo del tramo Guayaquil-Santay.

“Si el Gobierno está involucrado en este proyecto debería apoyarnos con el mantenimiento, justamente porque este es un sector turístico. La verdad es que nosotros no tenemos recursos, nos tocó pedir esta autorización para hacernos cargo a nuestro modo”, dice Benito Domínguez, nativo de la isla Santay.

La principal motivación de las más de 50 familias de la Ecoaldea, quienes viven en su mayoría del turismo, de tomar el arreglo por su cuenta fue la falta de afluencia turística a la zona, que dicen, les ocasionó problemas económicos.

“Ahora con el arreglo sí ha fluido más el turismo. Estábamos demasiado preocupados; primero el cierre del puente en Durán, y además esto. Entonces tuvimos que buscar soluciones”, cuenta Mariana Domínguez, administradora del restaurante de la aldea en la isla Santay.

Problema

Un gasto sin límite de tiempo

Los colonos aseguran que mientras más seco está el material WPC con el que están construidas las camineras, la tabla se “tuesta” y tiende a volverse quebradiza. Hace dos meses este Diario demostró, con base en la opinión de expertos, la poca resistencia de dicho material.

Por ese motivo, los arreglos en las camineras deben ser permanentes, dado que cada semana aparecen entre 6 y 10 grietas nuevas. Por lo que el costo de reparación también es constante.

Voces

Jorge Parrales

Administrador del centro de turismo comunitario

Ya nos veíamos perjudicados porque la gente no venía. Ahora mismo ya no hay huecos, aunque cada semana salen diez huecos nuevos. Esto es un gasto constante.

Mariana Domínguez

Administradora del restaurante de la Ecoaldea

Con el arreglo que hicimos en las camineras, sí vemos que hay más movimiento. Nosotros contamos con el apoyo turístico, que no dejen de venir para cubrir este gasto.

Benito Domínguez

Colono de la Ecoaldea en la isla Santay

Pedimos que el Estado se haga cargo o nos ayude de alguna manera. mientras tanto nosotros hemos tomado la iniciativa, porque sino nadie llega por esta zona.