Ha caido un luchador

El 31 de octubre, el irrespetuoso e ineluctable destino humano segó la vida de Teodoro Petkoff, hombre público e incansable luchador por la libertad y democracia venezolanas y de América Latina y Caribe-ALC. Petkoff nació en 1932 y desde muy joven se destacó en las luchas estudiantiles contra la dictadura militar de Pérez Jiménez, década de los 50, como militante del Partido Comunista de Venezuela-PCV, hasta su lucha actual, primero contra el chavismo y luego contra Maduro. Fueron más de 60 años de combate permanente en trincheras políticas y en el liderazgo de opinión.

Para Jorge Castañeda, articulista del New York Times, Petkoff resume 60 años de avance, evolución, retroceso y contradicciones de la izquierda en ALC, el gran dilema entre libertad e igualdad; pero a nuestro criterio nunca perdió su calidad, aportes a la comprensión de los procesos y referente moral frente a la insurgencia actual de una ultraderecha burda, ignorante y vacua como la de Bolsonaro, Macri, Trump, Duque.

Teodoro, como lo llamaban, transitó de la guerrilla castrista, influenciada por el “foquismo” del Che y Régis Debray, en las montañas del Departamento de Falcón bajo dirección del comandante Douglas Bravo, donde dos veces fue capturado y huyó, según García Márquez; posteriormente fue derrotada por los regímenes socialdemócratas de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. Tras esta dura experiencia entró en la lucha revolucionaria pacífica y luego en la construcción de una nueva izquierda, que fuera democrática, moderna, independiente y globalizada; en 1971 fundó el Movimiento al Socialismo-MAS, que se fortaleció con una donación de Gabo (el Premio Internacional de Novelas Rómulo Gallegos) y de un himno compuesto por el griego Mikis Theodorakis, autor de Zorba, el griego. El bipartidismo político imperante impidió el desarrollo del MAS. Cooperó en la lucha política desde el periodismo en el vespertino El Mundo y en el 2000 fundó el semanario Tal Cual, por el que cada 20 meses tenía una demanda judicial de Diosdado Cabello. Por su profesionalismo se le otorgó el premio Ortega y Gasset (2015).