Solución.  Viejos cabos ayudan a bajar la velocidad en algunas calles.

Con cabos intentan bajar los accidentes

Importante arteria de Playas se ha vuelto siniestra por falta de señales. La gente toma la iniciativa y plantea una solución.

Gruesos cabos, de esos que desechan los barcos pesquero, se extienden de una acera a la otra a lo largo de la avenida Zenón Macías, desde la noche del pasado 10 de julio. Aquel día pereció Camilo Mite mientras cumplía sus tareas como empleado de la empresa de aseo de calles, al ser arrollado por un taxi que iba a gran velocidad.

“No queremos más muertos, por eso colocamos estos cabos que sirven para que los carros bajen la velocidad”, dice con enojo Rosa Bohórquez, vecina del sector.

La Zenón Macías es una arteria que fue regenerada pero que carece de señales, pese a ser muy transitada por parte de turistas y transportistas pesados que pasan a Posorja. Tiene una longitud de 1.800 metros, desde la avenida Paquisha hasta la calle Luis Colombo, que conecta con la vía a Posorja.

Los habitantes de esta zona claman para que se pongan señales horizontales y semáforos, en vista de los múltiples accidentes que han ocurrido allí. Tres colegios están ubicados en esta vía, que en las horas pico se congestiona con transeúntes y vehículos, “y no existe control de nadie”, señala Alberto Escalante, un vecino del lugar.

Johnny Campaña, director de la Unidad de Tránsito Municipal, aclara que ellos tienen la competencia administrativa y la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), el control del tránsito. Anunció, no obstante, la inmediata colocación de señales de control de velocidad cada 300 metros.

Por ahora la institución solo cuenta con 9 de estos rótulos, aunque se necesitan 14, admitió Campaña, quien explicó que no hay presupuesto para colocar rompevelocidades y por eso se permitió que la gente coloque los cabos, pues “en algo” ayudan a bajar la velocidad.

En cuanto a los semáforos, indicó que se tiene que llamar a un concurso para adquirirlos y que la CTE al momento no cuenta con estos aparatos.

Existe, además, un proyecto para instalar radares móviles que limiten la velocidad a máximo 50 kilómetros por hora.