Caracas. Frank Pearl, por el Gobierno, y Antonio García, del ELN, en marzo 30.

Buenos oficios o mediacion

La prensa internacional ha informado que el grupo guerrillero más antiguo de Colombia, el ELN, también quiere aprovecharse del posible arreglo que el gobierno del presidente Santos está buscando con las FARC. Para tal efecto, ha requerido la ayuda de países que actúen como intermediarios y, entre ellos, se encuentra Ecuador. En buena hora porque se demuestra que hay confianza en cuanto la imparcialidad que se necesita para actuar en estos casos.

Las fórmulas del Derecho Internacional. En el derecho internacional se determinan los medios políticos y jurídicos para evitar las guerras entre los Estados y ahora se está aplicando también a la posibilidad de que grupos guerrilleros utilicen estos mismos medios con los gobiernos a los que combaten. Se habla de la negociación directa entre las partes en conflicto, los buenos oficios, la mediación, la investigación, la conciliación, como medios políticos, y el arbitraje y la Corte Internacional de Justicia como medios jurídicos.

En el caso de Colombia, algunos presidentes buscaron un arreglo con los dos grandes grupos guerrilleros, pero fracasaron. El actual presidente Juan Manuel Santos se propuso llegar a conseguir la paz para Colombia y se acordó con los guerrilleros de las FARC iniciar conversaciones en La Habana, Cuba. Pese a las exigencias de los dirigentes de este grupo, que pusieron condiciones casi inadmisibles jurídicamente, Santos las fue aceptando y hasta se atrevió a señalar fecha para la firma del arreglo final, la cual no se cumplió. Nos da la impresión de que las FARC quieren alargar las conversaciones y conseguir otros beneficios, mientras siguen operando y ganando más y más dinero como brazo armado del narcotráfico.

No hay acuerdo entre los colombianos. Entendemos que en Colombia una gran cantidad de juristas se oponen a los ofrecimientos que se han hecho, sobre todo en el aspecto penal. Si se analiza cada una de las peticiones, nos vamos a encontrar con que se ha dejado a un lado el Código Penal para crear un sistema, casi lo llamaría novedoso, de perdón y olvido para quienes han cometido crímenes de lesa humanidad y que, incluso, se busca la forma de librar a muchos de sus jefes de la jurisdicción de la Corte Penal de Justicia Internacional.

Pero dejemos a un lado estas negociaciones, que se están volviendo interminables, y hablemos de lo que puede suceder el día que se llegue a un arreglo. Recordemos que las guerrillas tuvieron su razón de ser cuando comenzaron. Existía muy poca protección para los obreros, los hombres del campo estaban abandonados, un grupo pequeño, que se turnaba en el poder, era el dueño del país. Ahora otro es el panorama. Colombia ha avanzado mucho. Es una potencia en materia económica y la democracia impera en el país.

El futuro de los guerrilleros. En caso de que se lleve a cabo el arreglo con los dos grupos, tememos que vayan a surgir otros problemas: esos guerrilleros, muchos de ellos grupos de jóvenes que encontraron un empleo bien remunerado ingresando a la guerrilla, que se acostumbraron a asaltar a los pueblos, a tomar rehenes para pedir rescate, a ganar el dinero con facilidad al respaldar a los narcotraficantes, ¿qué van a hacer cuando dejen la guerrilla? ¿Les será fácil conseguir un empleo? ¿Se acostumbrarán a vivir en democracia, respetando las leyes vigentes? Y así, se podrían hacer muchas preguntas más.

Eso sin considerar a todos los criminales a quienes se tiene que juzgar y que deben cumplir condenas, por reducidas que sean, con la circunstancia de que las víctimas o parientes de las víctimas estarán ansiosos de vengarse o de recuperar los robos y daños que les hicieron. Por último, tendrá que prepararse el Ecuador para recibir a gran cantidad de esos guerrilleros que pedirán asilo a nuestro país.

La posición lógica de Ecuador. Pero volvamos a la intervención solicitada al gobierno ecuatoriano y a otros Estados, en el caso del ELN. Tenemos la impresión de que la petición es solo para que los mandatarios sirvan de testigos en las negociaciones. En estos casos, sería mucho más factible que se proponga que se nos busque como mediadores. La mediación permite que la persona, o el país designado como mediador, intervenga en las discusiones y proponga fórmulas de arreglo que, aunque no son obligatorias para las partes en conflicto, bien pueden encauzar el posible acuerdo y ayudar a encontrar un arreglo satisfactorio aceptable.

Estamos seguros de que esta fórmula será mucho más ágil y se logrará cumplir la razón de haber sido escogidos, Ecuador y los otros países, para terminar una guerra entre hermanos que ya ha dejado demasiados muertos.