El brujo socialista

Al mencionar “brujo”, salta a nuestra mente la imagen del anciano barbado de figura marchita, mirada profunda que genera “encanto casi hipnótico” y/o desconfianza y rechazo.

Los brujos se presentan poderosos, elocuentes y poseedores de la sabiduría; lo cual “los faculta”, a cambiar la vida de las demás personas.

Por norma general, el brujo habla de igualdad, de equidad, propicia la confrontación, e identificación de un gran y poderoso enemigo, al que hay que combatir. Por supuesto, el llamado para hacerlo es el mismo brujo. Así, el brujo se mete en la piel y se “apodera” de la mente de sus seguidores, los que casi imperceptiblemente, caen en sus redes, convirtiéndolo en indispensable para su subsistencia.

El brujo tiene aprendices y ayudantes, que se convierten en una suerte de intermediarios del poder, disfrutando también de los recursos que proveen los simples incautos, para obtener los servicios y/o protección del brujo.

La política latinoamericana de los últimos 60 años, no ha sido ajena a estos personajes, que hablan mucho de igualdad, se presentan como salvadores de los desposeídos; arruinan a su pueblo, mientras nadan en las Aguas de lo Oculto, enriqueciéndose con los recursos de sus países.

Chávez, en Venezuela, resultó ser uno de los mejores aprendices del arte de lo “oculto”, lo cual permitió a su hija María Gabriela, “heredar” 4.197.000.000 millardos de dólares, según datos de la Revista Forbes. Según la misma revista, el “Brujo Mayor”, que gobernó casi 6 décadas la isla de Cuba, solo pudo amasar, 900 millones de dólares.

Ante la muerte cae el telón de la farsa, quedando al descubierto aquellos que tomaron el poder gritando “patria, socialismo o muerte”, oprimiendo a su pueblo, dejándolo en la miseria; vociferando toda una vida contra el capitalismo y la riqueza, mientras en su vida oculta salpicados en escándalos de corrupción, hacían suya la fortuna de la patria, amasando riquezas que harían morir de envidia al más recalcitrante capitalista. Esa es la verdad que se devela tras la muerte de los “Brujos socialistas”.

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