
Barcelona pisa fuerte como lider
En un encuentro que tuvo de todo, desde acciones vibrantes hasta una paralización de casi 20 minutos por la censurable agresión al asistente Byron Romero, Barcelona conservó su invicto en casa y se afianza en la punta, tras derrotar 3-2 a Independient
En un encuentro que tuvo de todo, desde acciones vibrantes hasta una paralización de casi 20 minutos por la censurable agresión al asistente Byron Romero, Barcelona conservó su invicto en casa y se afianza en la punta, tras derrotar 3-2 a Independiente del Valle en el estadio Monumental.
El Ídolo tuvo un arranque arrollador. Presionaba provocando errores constantes en la visita. Fue tal la intensidad que antes de los cinco minutos Damián Díaz marcó su primer gol en el campeonato nacional.
Pero a partir de la ventaja canaria, los del Valle despertaron y le dieron un giro al partido. Se acomodaron, adelantaron líneas y cortaron los circuitos amarillos, que tanto daño les estaban causando. Un tiro libre, por una falta sobre José Angulo, sería el camino al empate. Sornoza a la ejecución. Engaña que lanzará por encima de la barrera, pero dispara a ras de piso, por debajo de esta. Sorpresa en el Monumental. Cuando parecía que habría goleada canaria, los dirigidos por Pablo Repetto igualaban el marcador.
De allí hasta el final de los primeros 45 minutos, Independiente iba a dominar las acciones.
El complemento iniciaría con la misma tónica. La visita mostraba mayor claridad y posesión en el campo. Sin embargo, Jonatan Álvez deja en el camino a Mina y asiste a Ely Esterilla que pone en ventaja a los amarillos.
Luego, vendría la paralización. Una botella de vidrio fue lanzada desde las gradas hacia el asistente Byron Romero, quien recibió curaciones en su brazo izquierdo por la herida causada. Gracias a la colaboración de los hinchas, el agresor fue detenido.
Pero, a pesar de tanto tiempo congelado, el partido volvería con más emociones. Luis Caicedo, en propia meta, sería el artífice del 3-1 y Jhony Uchuari cerraría el duelo con el 3-2. El compromiso acabó, pero una triste sensación quedó en la afición por el castigo que le vendría a Barcelona tras la agresión al juez asistente.