
Barcelona pasa del drama a la calma
El Ídolo no se baja del tren a la final, y su inicio arrollador lo candidatiza para llevarse la etapa. La próxima parada será Cuenca.
Hay una situación, que más bien se ha convertido en tradición, en el estadio Monumental cuando Independiente del Valle llega de visita. Barcelona puede apropiarse del dominio y posesión del partido, pero romper el trabajo defensivo del equipo de Sangolquí es una tarea usualmente compleja. Y además, se sufre en el proceso.
A mitad de semana el capitán de Barcelona, Matías Oyola, predijo que “a pesar de que cambian nombres, Independiente siempre es un equipo complicado en el Monumental”, y ayer ese pronóstico se tradujo en el campo.
Los toreros, fieles a su estilo, se apropiaron del balón y arrinconaban al visitante, pero el detalle era que eso no podía traducirse en peligro. Todo intento llegaba hasta el filo del área, pero Independiente no dejaba grietas.
Y en el intento de resquebrajar aquella coraza de los rayados, Máximo Banguera pasó momentos apremiantes. En los pies de Stiven Plaza estuvieron las oportunidades más claras de gol de la visita, pero ninguna pudo ser capitalizada.
Luego de 33 minutos apedreando el fuerte sangolquileño, Barcelona consiguió su primer tiro, que terminó en gol. Una sociedad entre Michael Arroyo y Damián Díaz derivó en el gol de Gabriel Marques, quien apareció solo para mandar la pelota a la red.
Tras ese gol, los del Valle se vieron obligados a dejar espacios y Barcelona aprovechó aquello. Juan Ignacio Dinenno tuvo un mano a mano y Díaz, varios intentos de media distancia, pero el arco de Piedra volvía a cerrarse.
El tiempo pasaba y la cancha, que estaba totalmente inclinada en contra de la visita, empezó a enderezarse y las acciones en el encuentro estaban más igualadas.
Independiente lucía más completo físicamente y en el aire rondaba esa inseguridad de los últimos minutos. Pero la calma iba a llegar, irónicamente, de la cabeza de Ariel Nahuelpán, quien demandó a Barcelona hace semanas.
El 2-0 le dio tranquilidad en los minutos finales a los amarillos, que ya no necesitaron tener el balón. El resultado era inminente. El Ídolo no se baja del tren a la final, y su inicio arrollador lo candidatiza para llevarse la etapa. La próxima parada será Cuenca.