Autonomia universitaria

La reforma universitaria de Córdoba, Argentina, del año 1918, que se inició en la Universidad Nacional de esa ciudad, se extendió como mancha de aceite por otras universidades argentinas y de América Latina. Esta reforma fue una verdadera revolución porque sirvió para cambiar definitivamente las tendencias de la organización estudiantil, así como para robustecer principios vitales para el desarrollo académico de las universidades. Estos principios fueron, fundamentalmente, la autonomía universitaria, el cogobierno, la periodicidad de las cátedras y los concursos de oposición. La autonomía universitaria, a partir de esa fecha fue defendida con pasión, con ardor y con profunda convicción por los universitarios de Latinoamérica, y como es de suponerse, por los ecuatorianos. Muchas jornadas de lucha se llevaron a cabo en nuestro país por parte de los universitarios cuando gobiernos autoritarios -que los ha habido, y muchos- pretendieron atentar contra la autonomía universitaria. Algunos colaboradores del actual régimen fueron destacados luchadores en defensa de esta trascendental conquista.

Lastimosamente, el país ha contemplado absorto lo que sucede con la Universidad Andina Simón Bolívar, que luego de haber elegido democráticamente a su nuevo rector, César Montaño Galarza, con la participación de toda la comunidad universitaria, ahora se le pretende arrebatar ese triunfo para impedirle que dirija sus destinos, con argumentos que atentan contra la autonomía universitaria.

Se trata de una universidad que a lo largo de su existencia ha dado muestras de ser una verdadera institución dedicada a la ciencia, a la investigación y a la formación de profesionales de alta capacidad técnica y académica.

Ha hecho bien César Montaño Galarza en posesionarse como rector. Tenemos la seguridad de que nadie pretenderá despojarlo de esta alta dignidad, porque sería atentar contra la autonomía universitaria y posiblemente alterar la vida de esta institución.

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