La ausencia y nuestro yo interior
La ausencia reduce las pasiones pequeñas e inflama las grandes, así como el viento apaga una vela y aviva el fuego; la ausencia es esa locura compartida después de una tertulia en un museo de arte departiendo tópicos amorosos y una copa de vino en la mano. Dejemos de ser extraños. Quizá algún día después de los abrazos, los besos, el calor y las palabras, usted no suba más al autobús, y ese día la llamaré, cuidaré y abrazaré. A veces ni sabemos qué es o quién es el motivo de nuestra ausencia, pero de algo sí estamos seguros, luego de ser odiada pasa a ser amada compañera, la ausencia tiene como misión ayudarnos a reencontrar nuestro yo interior en su pura esencia.
Javier Valarezo Serrano