Noheli Rojas, residente de una urbanización de la zona, muestra la malla metálica que separa su vivienda del río y explica por qué se sienten expuestos.

La Aurora se siente vulnerable por el rio

Los afectados consideran que los delincuentes utilizan el río como vía de acceso a los conjuntos residenciales. Esto los ha llevado a tomar medidas más fuertes para resguardar a sus familias y sus pertenencias.

“Cuando me desperté, vi a tres tipos encapuchados en mi dormitorio. Estuvieron cerca de media hora preguntándome por los artículos de valor. Recordé que en el armario tenía bolígrafos de lujo. Cuando se los dije, ellos se descuidaron y yo me lancé desde el balcón, cayendo sobre mi auto con mi mascota en brazos”.

Así relata Víctor Ruiz, residente de una urbanización ubicada en el kilómetro 13 de la avenida León Febres Cordero, en el sector de La Aurora, el susto que sufrió cuando delincuentes ingresaron a su domicilio en una madrugada del pasado octubre. Asegura que fue una situación “horrible” que nunca pensó que ocurriría. “El vivir en una urbanización cerrada, con guardianía privada, no nos da garantía de vivir sin rejas ni cercas eléctricas”, expresa.

Ha habido otros casos como estos en diferentes ciudadelas del sector que se encuentran a orillas del Daule. Los afectados consideran que los delincuentes utilizan el río como vía de acceso a los conjuntos residenciales. Esto los ha llevado a tomar medidas más fuertes para resguardar a sus familias y sus pertenencias. “Estamos cotizando un sistema de seguridad adentro de la casa, como una alarma. El problema radica en que no pueden cubrir los pasillos ni el patio y aquí también tenemos artículos”, dice Ricardo Aguilar, quien tiene tres meses viviendo en el sector.

Andrés González, jefe del circuito Juan Bautista Aguirre de la Policía, al que corresponde este sector, explica que comúnmente reciben llamadas por la aparición de personas sospechosas e inmediatamente acuden. Pero asegura no haber recibido llamadas por supuestos ingresos por el río. De hecho, los afectados no solo no denuncian, sino que hasta solicitan que no se mencione el nombre de sus ciudadelas.

“En todo el sector tenemos una reducción del delito de 82 % en comparación con 2016. El 2017 fue un año muy bueno para reducir los índices delictuales”, afirma González. Dentro de esta cifra, no obstante, la mayor parte de los robos que se registraron fueron a domicilios. Uno de los servicios que ofrece la Policía Nacional es el llamado botón de pánico como alternativa a la llamada al ECU-911 para mejorar la seguridad.

Esta iniciativa no tiene costo, pero es necesario que el usuario cuente con saldo para que luego de marcar la tecla ‘5’ pueda acceder al servicio y sea atendido por la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) más próxima. González afirma que ellos realizan constantes recorridos por la zona con los 26 policías que se encargan de patrullar el sector. Pero aclara que el patrullaje fluvial es competencia de la Armada del Ecuador.

“No hay denuncias”

El jefe de operaciones de la Capitanía de Guayaquil, Rafael Rocha, indicó que hacen patrullajes permanentes en los ríos Babahoyo y Daule. Sobre los temores de los moradores de La Aurora, dice que no han recibido ninguna denuncia hasta ahora.

“Las personas que tengan sospechas de ilícitos que se estén dando vía marítima o fluvial pueden hacer su denuncia en la Capitanía del Puerto. Generalmente son realizadas a la Fiscalía o Policía y son muy pocas las personas que se dirigen a nosotros, quizás por falta de conocimiento”, afirma Rocha.