Un empate a domicilio en la ida de la final de la Copa Libertadores puede parecer un buen resultado, pero al Atlético Nacional le sabe a poco: el Independiente del Valle le igualó ‘in extremis’ un partido que tenía dominado y su gol fuera de casa no vale doble para la vuelta.

El combinado colombiano, el gran favorito de la final y el más loado de esta Libertadores, le estaba ganando el pulso al equipo ecuatoriano, la auténtica revelación del torneo, tras un golazo mezcla de garra y técnica de Orlando Berrío en la primera mitad.

Hasta que a tres minutos del final el defensa local Arturo Mina aprovechó un doble rebote en el área chica para convertir un gol que levantó el ánimo de los ecuatorianos en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito y que cayó como un balde de agua fría a los ‘paisas’.

“Por el contexto del partido, creo que dejamos escapar dos puntos importantes. Se estaba sacando un resultado importantísimo, cometimos ese error en ese doble rebote. Uno siempre aspira a más, aunque sabíamos que no era fácil llevarse los tres puntos por la calidad del rival”, dijo tras el partido el técnico de los colombianos Reinaldo Rueda.

Ahora, el técnico de este equipo que busca alzarse con su segunda Libertadores, tendrá una semana para preparar el partido de vuelta en su casa de Medellín, con la idea de aprovechar su condición de local y la superioridad que se le atribuye.

“Tenemos que aprovechar esto que hemos ganado acá y hacer un juego con altísima intensidad. El resultado de hoy (miércoles) va a ser importante en la medida en que nosotros nos desenvolvamos bien en Medellín; de lo contrario seguro que va a pesar haber recibido ese gol faltando tan poco tiempo para finalizar el juego”, agregó.

En la Copa Libertadores, los goles de visitante valen por dos en todas las rondas, pero no en la final. Así ambos equipos deberán salir a por la victoria en el partido de vuelta.

Para Fernando Carrión, investigador ecuatoriano sobre sociología del fútbol, el Nacional “queda en mejores condiciones” para jugar el partido del miércoles que viene en el estadio Anastasio Girardot, a pesar de haber cedido un empate tras un gol “casual” producto de “una melé” (embrollo).

“Aunque el Independiente ha logrado algo histórico y ha mostrado tener un buen modelo, el Nacional mostró (en la ida) que es un equipo que maneja muy bien los tiempos, que controló prácticamente todo el partido. Su estructura es muy compacta, con una férrea defensa y unos jugadores por las bandas que desequilibran”, explicó a la AFP.

Pero el ‘rey de copas’ cafetero no lo tendrá fácil ante un equipo que sorprendió a propios y extraños tras entrar en la Libertadores en repechaje y liquidar a grandes como los argentinos River Plate y Boca Juniors y el mexicano Pumas, con grandes actuaciones fuera de casa.

Y como muestra el 3-2 que le endosó a Boca en La Bombonera el pasado 15 de julio, ante la mirada atónita del astro argentino Diego Armando Maradona.

Fiel a su espíritu de que nada es imposible, el técnico de los ‘rayados del Valle’, el uruguayo Pablo Repetto, dejó claro que la final está más abierta que nunca y que su modesto equipo de las afueras de Quito con sólo seis temporadas en la primera división ecuatoriana podría sellar su hazaña.

“Logramos el empate que nos da muchas posibilidades. Este equipo está capacitado para lograr algo importante allá”, expresó el estratega.

AFP