Sin asombro

En el Ecuador hemos perdido la capacidad de asombro; quizás uno de los puntos en los que ha sido más evidente este hecho es en las declaraciones del ministro de la Política ante la renuncia del funcionario de la Secretaría Nacional de la Presidencia de la República. En ese contexto es interesante analizar dos aspectos: el primero de ellos es el motivo de la renuncia y el segundo las expresiones públicas del secretario nacional de Gestión de la Política.

En el primer punto: para muchos de los ecuatorianos es conocido el contenido del audio en el cual se escuchan temas tan importantes como el resultado de las elecciones realizadas a inicios de año, los casos de corrupción en el Ecuador, el criterio sobre los procesos de diálogo instaurado por el Gobierno y que han sido su sello como inicio de su gestión, la crisis de Alianza PAIS, entre otros temas de interés, aspectos que han generado polémica y que no se explican con la sola afirmación de que estas declaraciones han sido descontextualizadas.

A esta situación, que de por sí es cuestionable, se suman las declaraciones del Secretario Nacional de Gestión de la Política, en las que se manifestó acerca de la renuncia del exfuncionario, indicando que este era un “acto de sensibilidad”; y acerca del audio, que cree que era “descontextualizado e impreciso”. Me pregunto si el exfuncionario no debería tener esa misma sensibilidad y explicarnos a todos los ecuatorianos cómo ese mensaje se “descontextualizó” y qué hay de verdad acerca de las declaraciones realizadas, porque los puntos comprometen desde el proceso electoral hasta los aspectos que se manejan como emblemáticos del Gobierno.

Este hecho observado junto con la renuncia del expresidente del Consejo Directivo del IESS, renuncia aceptada por el presidente de la República no sin antes manifestarle su respaldo, según sus declaraciones, son solo dos ejemplos de diversas situaciones que los ecuatorianos observamos día a día, y que poco a poco nos hemos acostumbrado a mirar sin asombro.